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La posibilidad de que los Vikings disputen la Final de la Conferencia Nacional en su casa, está provocando que la preparación del Super Bowl sea un rompecabezas para la NFL.

A la Liga le hubiera gustado —como es habitual—, tener el control del inmueble (US Bank Stadium), desde que terminó la temporada, pero los Vikings tienen un plan diferente: ser el primer equipo en jugar el Super Bowl como local, aunque ello implique complicar la logística de NFL.

Entre la Final de la NFC y el inicio de actividades del Super Bowl hay casi una semana de diferencia. Sin embargo, la Liga está acostumbrada a trabajar con mayor tiempo, ya que hay varias modificaciones que deben hacerse.

Uno de los mayores dolores de cabeza que tendrá la NFL si los Vikings juegan en casa el pase al Super Bowl (victoria sobre Saints más derrota de Eagles), es el lapso que tendrán para la construcción de cabinas de radio y televisión para emisoras internacionales y la habilitación de escritorios de prensa, que son colocados en secciones de la tribuna.

Para la ceremonia del himno nacional de Estados Unidos, pero sobre todo para el espectáculo de medio tiempo, se instalan y manipulan estructuras de iluminación, que no podrán realizarse hasta que se garantice que los Vikings no jueguen en el U.S Bank Stadium el domingo 21 de enero o en el peor de los escenarios hasta un día después del choque por el título de la Nacional.

En 51 ediciones pasadas del Super Bowl, la NFL nunca estuvo en una encrucijada como ahora.

Sólo siete veces en la historia la organización anfitriona del Super Bowl estuvo en Playoffs. Cuatro de esos equipos jugaron el comodín en su patio (Houston 2016, 1978, 1994 y Miami 1998), pero todos perdieron en la ronda divisional de visitantes.

A partir de la segunda mitad de la temporada, la NFL se acercó con la oficina de los Vikings para establecer un plan de contingencia para detallar todos los escenarios que se podrían tener.

La Liga debe construir el perímetro de seguridad alrededor del US Bank Stadium, que probablemente absorberá cientos de espacios de estacionamiento y también dará cabida a los camiones de televisión adicionales necesarios para transmitir el partido más importante del año.

Para lo anterior, ya se encuentra en los papeles la contratación de mayor personal que ayude con las tareas que estarán con el reloj en contra.

Si los Vikings llegan al Super Bowl, el valor de las entradas en el mercado secundario, romperá récords entre la población.

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