Shani Davis

hizo historia como el primer deportista de raza negra que ganan una medalla individual de oro en los juegos olímpicos de invierno en el 2006 y como el patinador de velocidad estadounidense que más victorias acumula. Y no ocultó su malestar al negársele la oportunidad de ser abanderado de la delegación de su país.

Su tuit quejándose de lo ocurrido tuvo un eco que rebasó el mundo del deporte.

Para los afroamericanos, se repitió una historia conocida: A pesar de haber brillado en un terreno dominado por los blancos, no se le dio un reconocimiento que merecía. Y lo que es peor, cuando se quejó, fue criticado por generar distracciones.

El episodio fue un recordatorio de lo que los negros experimentan regularmente en un mundo blanco: la sensación de que el sistema está arreglado.

El sorteo con una moneda que decidió el abanderado es algo anecdótico. Lo grave es que se eligió entre alguien con una medalla de bronce y alguien con dos medallas de oro y dos de plata, en un procedimiento que tomó en cuenta cosas como la popularidad y el carisma de los deportistas.

Para comprender la indignación de Davis , uno puede preguntarse qué hubiese pasado si a Erin Hamlin, quien será la abanderada, se le hubiese negado ese honor a pesar de que era la deportista olímpica más condecorada.

A diferencia de los juegos de verano, en los que los deportistas negros son dominantes y están en la boca de todos, los de invierno les ofrecen muchas menos posibilidades de sobresalir. A menudo son tratados como una anomalía, como reflejó la película “ Cool Runnings ” sobre un equipo jamaiquino de bobsled que debutó en la justa en los juegos de Calgary de 1988.

Parte del atractivo de la película era su mensaje de fondo: los juegos olímpicos, igual que ciertas escuelas, ciertos trabajos o ciertos barrios, no son sitios para negros.

Más de un siglo después del comienzo de los juegos olímpicos, los deportistas negros siguen siendo pioneros. Este año, por ejemplo, el equipo estadounidense de hóckey sobre hielo masculino incluye por primera vez un negro, Jordan Greenway. Y Maame Biney , de 17 años, es la primera patinadora de velocidad afroamericana que presenta Estados Unidos. Jamaica inscribió su primer equipo femenino de bobsled y Nigeria el primer equipo africano de bobsled y skeleton.

En este ambiente, Davis brilló, ganando dos medallas de oro y dos de plata en Turín y Vancouver, que le dieron un sitial de honor en el equipo estadounidense. Pero en los que seguramente serán sus últimos juegos --tiene 35 años y difícilmente está en la próxima olimpíada--, este deportista que es símbolo de orgullo y respeto, no tendrá la satisfacción de ser el abanderado de su país.

Y está siendo censurado en las redes sociales por gente que a través de los juegos le escapan a las realidades del mundo.

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