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La Alberca Olímpica Francisco Márquez fue testigo de cómo el récord de los 100 metros libre fue destrozado, en una carrera en la que se conoció al ganador hasta que el marcador electrónico arrojó los resultados.
Los tres grandes favoritos eran los estadounidenses: Zachary Zorn , el joven que vino a México por la medalla de oro, Mark Spitz , el ambicioso nadador que esperaba llevarse el triunfo, y Kenneth Walsh , poseedor de la marca mundial. En cualquiera de ellos, se pensaba, recaería la victoria.
No había ojos para los nadadores soviéticos, ni para el australiano, británico o el argentino. En los estadounidenses se enfocaba todo.
Desde el inicio la presión de la competencia fue terrible. Zorn y el inglés McGregor fueron los primeros en dar la vuelta, para cubrir los 50 metros iniciales en 23 segundos, tiempo que daba idea del ritmo que llevaban los hombres convertidos en peces.
Después llegó un momento, antes de los 75 metros, en que todos estaban parejos, nadie podía adelantarse. Los ocho competidores braceaban con una gran rapidez, tratando de vencerse a ellos mismos y al cronómetro.
Al final, Zorn tomó una ligera ventaja; después se colocó en punta el soviético Kulikov ; en seguida Walsh cerró por un extremo y aventajó a todos. La piscina se terminaba y la angustia seguía acechando a todos los asistentes.
El final llegó de pronto, hubo una mano rapidísima que se adelantó a todos, era la del australiano Michael Wenden , quien al cronometrar 52 segundos y dos décimas, había roto la marca de Walsh por cuatro décimas de segundo.
El mismo Wenden , hace unos días, en los eventos preliminares, había impuesto la marca olímpica de 52.9”, récord que derrumbó y de paso siguió con el mundial, que desde ayer le pertenecen.
En la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca se desarrolló la eliminación directa del florete, en el que la mexicana Pilar Roldán logró calificar a las finales.Con esto, la tricolor competirá hoy por darle a México su segunda medalla de los XIX Juegos Olímpicos
