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Llegó el cumpleaños doloroso a La Noria. El que Cruz Azul detesta, porque le desata burlas en su contra, escarnio inclemente. Hoy, hace ya 20 años, La Máquina fue campeona de liga por última vez, una sequía, donde “todos son culpables”, según Carlos Hermosillo, el último héroe cementero.

Dos décadas transcurrieron desde que Ángel David Comizzo, entonces portero del León, le cometió una artera falta —agresión incluida— al Grandote de Cerro Azul. El artillero celeste lo hizo válido aquel lejano torneo Invierno 1997 para alzar el título. Desde entonces, cinco finales ligueras perdidas para los azules.

A los cementeros les han calificado como Subcampeonísimo o inventado el verbo cruzazulear (dícese de cuando el club capitalino ha tenido todas las circunstancias a favor y pierde, de manera inverosímil y humillante).

“Las burlas son parte del futbol. Lo más doloroso es haber perdido finales. Se conjugan muchas cosas, la mala suerte, la mala planeación, las malas rachas, pasan muchas cosas en Cruz Azul, que no se metían a la Liguilla, hasta que pasó en este torneo”, indica Hermosillo.

Entonces, ¿cuál es el remedio para La Máquina? El máximo goleador del club indica que la ausencia de estrategia y fichajes que respondan a las necesidades de la institución han condenado al equipo al fracaso.

No olvida que Carlos Hurtado, el promotor, tiene influencia sobre las contrataciones, además de que Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del club, “le gusta tener títeres que sólo ejecuten lo que él va a decidir”.

“Es parte de todos los años en Cruz Azul, la falta de planeación y contrataciones de buenos jugadores. ¿Quién está mal o qué hay que hacer? Cruz Azul se debería desligar de la persona que vive aquí en Miami [Hurtado]”, demanda.

“Segundo, mejor planeación y trabajar en fuerzas básicas. Llegó Caixinha, pero no es cosa del técnico, sino que lo dejen trabajar, que no le contraten los jugadores hasta que él llegue. Los extranjeros, me da pena decirlo, [Martín] Cauteruccio, con tres goles en una temporada. Antes te exigían, cumplías o te vendían, ahora vienen y van jugadores y no pasa nada”, considerado Hermosillo.

Sin embargo, para el ex cruzazulino, no se le puede achacar todo a los dirigentes: “Es un todo. Aquí los culpables son todos, hay quienes juegan, toman decisiones y hacen contrataciones, es un todo, aunque siempre he dicho que de los jugadores son responsables de lo que sucede en la cancha”.

Hermosillo anhela que la malaria cementera culmine pronto. Para él, Cruz Azul no ha dejado de ser “una gran institución”, que pasa por una mala y larga racha: “Ojalá que se acabe rápido esta sequía. Esperemos que sea pronto que el equipo sea campeón otra vez. Ya 20 años han pasado, ya más largo no podría ser, ¿no?”.

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