El Cruz Azul y el América volvieron a verse las caras desde su último enfrentamiento en el estadio Azul; no habían pasado ni 15 días de ese 1-3 que tanto dolió a la nación cementera.

El duelo de anoche por los octavos de final de la Copa MX fue especial para los celestes, porque se realizó en el Estadio Azteca, inmueble que será su hogar a partir del Torneo Apertura 2018.

La Máquina pudo sentir un poco lo que es estar “como en casa”, en un inmueble en el que ha vivido tanto glorias como desgracias: campeonatos en la década de los 70 con Miguel Marín como figura especial bajo los tres palos; fue entonces cuando se acostumbraron a ser protagonistas.

Después, una Copa Libertadores, la de 2001, que vistió al Coloso de Santa Úrsula de azul, en partidos donde la afición y el conjunto cementero hacían el papel de grande ante rivales de la talla de River Plate o Boca Juniors.

En 2013, los de La Noria vivieron la luz y la sombra en el Estadio Azteca.

El Cruz Azul eliminó en tande de penaltis a las Águilas en las semifinales de la Copa MX del Clausura 2013, siendo este el último título de la institución cementera hasta ahora.

Sin embargo, en ese mismo Clausura 2013, en el mismo escenario, vivieron una de las finales más dramáticas y dolorosas en la historia del balompié nacional... Y vaya que los cruzazulinos saben de drama en las finales, pero lo que sucedió en esa ocasión rebasó los límites de la imaginación.

Aquella noche amarga en la que en cuatro minutos, un gol de Aquivaldo Mosquera y un milagroso cabezazo de Moisés Muñoz le quitaron a La Máquinade último momento el título que acabaría con una sequía de dos décadas. Una noche que sigue en la mente de ambas aficiones.

Cruz Azul, cada que pisa esta cancha, lo tiene presente, pero ese momento deberá guardarlo pronto en el baúl de los recuerdos, pues el próximo año el Azteca volverá a ser su casa... Su fortaleza.

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