Luego de tomar clases de programación que el mismo sistema carcelario les proporcionó, un grupo de reos en la institución penitenciaria de Marion (Ohio, Estados Unidos), construyeron un par de computadoras a partir de desechos de equipos antiguos.

Los reclusos obtuvieron los materiales necesarios participando en un proyecto de clasificación de residuos a partir de los cuales construyeron las computadoras que escondieron en el techo.

Gracias a los fallos de seguridad en la red de la cárcel pudieron conectar los equipos a Internet y trabajar con ellos durante cuatro meses tiempo durante el cual lograron ingresar a información de los archivos de la cárcel, obtener pases de acceso a áreas restringidas y hasta solicitar una tarjeta de crédito. Los discos duros de los dispositivos contenían también materiales pornográficos y artículos sobre drogas de fabricación casera, plásticos y explosivos.

De acuerdo con The Verge las autoridades de la prisión descubrieron los dispositivos en julio de 2015 , cuando detectaron que un usuario no registrado había excedido el límite diario de uso de Internet, pero el caso no se hizo público hasta este año.

Tres de los presos involucrados en el caso están condenados a varias décadas de prisión por homicidio y fueron encarcelados a la edad de 18 años.

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