Durante la última década, el gobierno del Reino Unido ha buscado que sus ciudadanos accedan a un nivel mínimo de servicios de banda ancha, en ese sentido estimó que para 2020 la población tendrá el derecho legal de solicitar velocidades de al menos 10 megabites por segundo (Mbps) de su proveedor de Internet.

Esta media aplica para la población en la ciudad o el campo, pues de acuerdo con la Ley de Economía Digital aprobada a principios de 2017, el acceso a la web debe ser considerado un servicio universal.

De acuerdo con el medio Engadget, originalmente los ministros consideraron designar un presupuesto de hasta 600 millones de libras para brindar acceso a 1.4 millones de residentes rurales. Sin embargo, en un comunicado el gobierno confirmó que irá por la ruta regulatoria, ya que proporciona "suficiente certeza y la exigibilidad legal que se requiere para garantizar el acceso de banda ancha de alta velocidad para todo el Reino Unido para 2020".

Con esta decisión se estima el gobierno comenzará a establecer lo que debe incluir la obligación de servicio universal. Se espera que la legislación se apruebe a principios de 2018 y que tomará aproximadamente dos años introducir formalmente las velocidades mínimas.

La tarea no será un reto pues las conexiones de línea fija "de banda ancha superrápida", que ofrecen velocidades de 24 Mbps o más, actualmente cubren aproximadamente el 95% de los hogares y empresas del Reino Unido y gracias al programa subvencionado del Gobierno de banda ancha de entrega en el Reino Unido, esa cifra podría alcanzar el 98% en 2020.

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