Al hablar de Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático normalmente nos vienen a la mente imágenes como asistentes virtuales, robots, vehículos autónomos , y otros usos sofisticados y de ciencia ficción.

Sin embargo, en México, el uso del aprendizaje automático tiene muchas vertientes. Una de ellas especialmente tiene sus esfuerzos enfocados en la catalogación y preservación de los activos naturales del país. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) utiliza TensorFlow, la librería de código abierto para aprendizaje automático de Google para realizar este mapeo de biodiversidad.

TensorFlow

es utilizado por los investigadores del Sistema Nacional de Monitoreo de Biodiversidad (SNMB) , cuyo objetivo consiste en colectar información de diversos aspectos de la biodiversidad para tratar de analizar el estado de los ecosistemas, y definir si la actividad humana tiene impacto sobre ellos con el fin de detallar medidas para remediar la situación.

“En Conabio queremos romper el paradigma de que la biodiversidad es algo que se debe proteger a capa y espada. Queremos protegerla pero al mismo tiempo encontrar un equilibrio entre el aprovechamiento de los recursos naturales y la protección de los ecosistemas. Para ello, es importante entender cómo funcionan. Por eso es que comenzamos con la catalogación de especies con la ayuda de Tensor Flow”, explicó Juan Martín Barrios Vargas, asesor en Cómputo de Conabio, quien añadió que el proyecto consiste en la colocación de cámaras trampa, sensores y grabadoras acústicas para la captura de imágenes y audio de flora y fauna; así como la realización de un muestreo para la búsqueda de huellas de animales y un conteo de aves. Con base en esta colecta se busca observar la dinámica de los ecosistemas, para generar un estudio integral de los recursos naturales del país.

Con el uso de esta tecnología, los especialistas de Conabio clasifican las imágenes en tres pasos: primero le piden a la herramienta inteligente diseñada por Google que distinga las imágenes que contienen fauna de las que no. Después, que clasifique las imágenes de acuerdo al tipo de fauna que contienen: sean estas aves, mamíferos, reptiles. Posteriormente, se logra clasificar las imágenes por especie. Este proceso es muy complicado y tardado para el ser humano, pero es una tarea sencilla para las máquinas inteligentes.

Para Google , los esfuerzos que se hacen en México en materia de Inteligencia Artificial se encuentran al nivel de otras investigaciones en el mundo y por ello es que la compañía se encuentra involucrada en apoyar a las instituciones mexicanas, ofreciéndoles acceso a soluciones especializadas de aprendizaje automático.

“El algoritmo aprende rápido y es capaz ya de catalogar fotografías con una precisión de casi 80%. No es el 100% perfecto, pero aprende muy rápido. Sabe ya diferenciar cuando hay un animal en la foto, incluso ha llegado al momento en que puede detectar huellas en el terreno o heces, que también sirven para catalogar a las especies”, señala Juan Martín Barrios Vargas, asesor en Cómputo de Conabio , al respecto de un proyecto de biodiversidad.

“México tiene un paisaje prometedor en cuanto al desarrollo de tecnología y en Google hemos procurado ser un trampolín para las empresas que tienen una variedad amplia de proyectos. Estamos convencidos de que la tecnología empodera a los usuarios y, en el caso de los desarrolladores, es visible este empoderamiento con, al menos, dos casos de éxito en los que el Aprendizaje Automático ha beneficiado a proyectos de diversas índoles”, comunicó la empresa tecnológica a Tech Bit.

El ejemplo de CONABIO , según Google , es muy ilustrativo ya que, a través de TensorFlow se hace posible la construcción de modelos más complejos que resuelvan las clasificaciones de cada especie animal o vegetal para el Sistema Nacional de Monitoreo de Biodiversidad.

Y es que el aprendizaje automático está en todos lados pero el ciudadano común apenas lo nota. “Muchos de los servicios de Google usan nuestra propia librería de aprendizaje automático. Por ejemplo: el Asistente de Google utiliza una variedad de tecnologías de aprendizaje automático para proporcionar una mejor experiencia, desde el reconocimiento de voz hasta la clasificación de datos”, dijo Google.

Las máquinas no son amenaza para los humanos. Además, en la visión de Google, la amenaza del desempleo que causarán estas tecnologías inteligentes será más una transformación que el panorama pesimista que muchos especialistas teorizan.

“Sin duda, los puestos de trabajo cambiarán, como siempre lo han hecho. Pero muchos empleos se complementarán con estas tecnologías y también se crearán empleos totalmente nuevos que hoy no se pueden imaginar. ¿Quién podría haber imaginado a los asistentes de vuelo antes de los viajes comerciales en avión o a los consultores de medios sociales antes de la web? Este desafío es más grande que el que cualquier empresa o gobierno puede resolver por sí mismo, por lo que necesitamos trabajar juntos en programas que ayuden a las personas a ganarse la vida y encontrar sentido en el trabajo”, compartió Google.

De igual manera, aseguró que aunque es poco probable que las inteligencias artificiales se vuelvan contra los humanos, Google mantiene un constante monitoreo de su evolución para prevenir escenarios adversos.

“Creemos que la inteligencia artificial será abrumadoramente benéfica. Ya estamos presenciando cómo el aprendizaje automático (una de las aplicaciones básicas de la inteligencia artificial) está mejorando la vida de las personas, desde protegernos de todo el spam y el fraude hasta hacer que los dispositivos sean más accesibles, a través del habla. Y todavía es muy pronto para decirlo pero, de hecho, estamos investigando desde el principio para entender y abordar los riesgos potenciales en caso de que se conviertan en problemas más tarde. Precisamente porque pensamos que la IA tiene un potencial positivo es que queremos asegurarnos que sea útil para todos”, concluyó Google.

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