No es posible que en tres de cada diez casos de feminicidio se haya filtrado información comprometedora al exterior. Esa es justo la razón por la que, como en el caso de Abril Pérez Sagaón, los sicarios le quitaron la vida cuando se dirigía rumbo al aeropuerto de la Ciudad de México, prácticamente al salir del juzgado donde ella daba seguimiento a la denuncia que había interpuesto en contra de su marido por maltrato y tentativa de homicidio, misma que había enardecido a la opinión pública porqu