La vehemencia y la firmeza con la que Andrés Manuel López Obrador ha defendido, una y otra vez y en todos los foros, su decisión de hacer candidato al polémico Napoleón Gómez Urrutia, no tiene que ver sólo con su convicción de que el ex líder del sindicato minero “se enfrentó a los poderosos y fue un perseguido” de los empresarios más fuertes del sector; detrás de la repatriación y la defensa del Napito hay un proyecto del candidato presidencial de Morena para imponer, si llega al poder, una reforma a la minería en México, que contempla un impuesto especial a las actividades de extracción y explotación de los recursos mineros del país.

La idea parte de la convicción de López Obrador de que en el sector minero grandes consorcios, nacionales y extranjeros, extraen la riqueza del subsuelo, contaminan el medio ambiente y obtienen enormes dividendos económicos, sin retribuir lo suficiente al Estado mexicano y a la sociedad por la explotación de yacimientos propiedad del Estado.

La propuesta de reforma minera, trabajada por el equipo de la coalición “Juntos Haremos Historia”, impactaría a tres grandes consorcios y sus respectivos dueños, que concentran la mayoría de permisos y concesiones de minería en la República. Y esos dueños tienen nombre y apellido: Germán Larrea, del Grupo México, el consorcio minero más grande del país; Alberto Bailleres, del Grupo Bal y Peñoles; y Carlos Slim, con su minera Frisco y filiales, son los tres grandes objetivos de los nuevos impuestos a la minería que propone López Obrador.

Por el poderío y la influencia de esos tres nombres, es claro que no serán objetivos fáciles ni pasivos ante una reforma del lopezobradorismo a la minería, que tocaría los millonarios negocios e intereses de los tres grandes grupos. No fue casual ni gratuito el llamado que Andrés Manuel les hizo el lunes 19 de febrero, desde Playa del Carmen, a esos tres dueños de la minería para buscar “un acuerdo”:

“Con todo respeto le digo a Germán Larrea, de Grupo México, que vamos a buscar con él, con Bailléres, con Slim, un acuerdo para sacar adelante al país, que los convoco a que juntos, sin pleitos, sin rencores, se logre la unidad para sacar a nuestro querido México del atolladero en el que se ha metido, entonces necesitamos de la unidad”, propuso López Obrador a los capitanes de la minería.

Larrea fue el principal promotor de las acusaciones y la persecución contra Gómez Urrutia. El líder sindical trastocó los intereses de los grupos del sector y hoy es la pieza clave en la estrategia del candidato de Morena para “negociar” con esos empresarios. Esa fue, dicen fuentes de la campaña, la principal arma con la que el Napito negoció su candidatura y su regreso del exilio en Canadá: que él “conoce muy bien” a esos grandes empresarios y posee información que puede ser de gran utilidad para que acepten el nuevo plan minero de Andrés Manuel y se allanen a las reformas al sector “en beneficio del país”.

Por eso López Obrador no dejará de defender, contra viento y marea, a Napoleón, aunque afecte poderosos intereses y le genere enemistades. Y por eso también su mensaje de conciliación a Larrea, Bailleres y Slim, porque sabe que los tres serían “enemigos poderosos”, algo como la enemistad de Claudio X. González Laporte en 2006, pero multiplicado por tres y por varios billones al cuadrado. ¿Todo eso vale el Napito?

NOTAS INDISCRETAS… Duro discurso del dirigente de la CNOP, Arturo Zamora, contra el candidato de Por México al Frente, Ricardo Anaya, y el origen de su riqueza: “El origen de la fortuna de Anaya sólo puede tener dos fuentes, el crimen organizado o la rampante corrupción en que ha vivido. Por eso insistimos en una investigación exhaustiva para que se sepa la verdad y Anaya no siga mintiendo a los mexicanos”, dijo el senador Zamora en el evento del 75 aniversario del sector popular del PRI, donde estuvieron el candidato presidencial José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Clauida Ruiz Massieu, Enrique Ochoa y Joel Ayala… Y mientras los priístas lo atacan, en el Frente preparan una defensa fuerte de Ricardo Anaya. Ayer se reunieron integrantes del grupo “Encuentro Chihuahua”, el foro organizado por Javier Corral en 2017 y de donde surgió la idea del Frente PAN-PRD-MC. Al encuentro en la CDMX llegó el propio candidato Anaya, Dante Delgado, Martha Tagle, Fernando Belaunzarán, Guadalupe Acosta, Gustavo Madero y Agustín Basave, entre otros, para armar una “estrategia de defensa” en favor de Anaya ante lo que consideran “una embestida del gobierno” de Peña en su contra… En el cuartel del abanderado priísta a jefe de Gobierno capitalino, Mikel Arriola, están más que animados por la encuesta de esta semana de Parametría, de Francisco Abundís, que coloca a Mikel con 22 puntos, a sólo 6 puntos de la candidata del Frente, Alejandra Barrales, mientras que la morenista Claudia Sheinbaum tiene 36%. Tan contentos están que ya dicen que “Pelotari que alcanza…”. Escalera doble. Buen tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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