Feminicidios: Ciudad Juárez, otra vez la pandemia sin control
Feminicidios: Ciudad Juárez, otra vez la pandemia sin control

Nahomi fue el feminicidio número 83 de los 86 que se han registrado en lo que va de 2017. Aún no termina el año y ya rebasa por un 33.7% a los 57 que hubo en 2016. Ella es una parte de la trágica estadística: 913 mujeres han sido asesinadas de 2010 a la fecha.

Un día después, el jueves, el gobernador del estado, Javier Corral, visitó el campo algodonero —terreno donde fueron encontrados los cuerpos de ocho mujeres el 6 de noviembre de 2001— para colocar 53 placas de mármol en un memorial para las víctimas de feminicidio en la ciudad. El mandatario dijo en el acto que “una política de estado es combatir sin cuartel la violencia contra las niñas y mujeres”.

Mientras tanto, en otro extremo de la ciudad, hacia el oriente, una mujer era asesinada a balazos en el interior de su domicilio. Hasta el momento sigue en calidad de desconocida. Menos de 24 horas pasaron para que grupos de la sociedad civil y familiares de desaparecidas y víctimas de feminicidio se juntaran para exigir justicia en el mismo campo algodonero, para pedir memoria y sentenciar que ser mujer en esta ciudad es razón suficiente para ser asesinada.

Feminicidios: Ciudad Juárez, otra vez la pandemia sin control
Feminicidios: Ciudad Juárez, otra vez la pandemia sin control

El grupo de activistas y familiares de víctimas se trasladó a Praxedis, poblado en la carretera que serpentea paralela al río Bravo, al arroyo El Navajo, lugar donde han sido encontrados los restos de 26 mujeres desde 2012. Se detuvieron en el memorial a las víctimas identificadas, 13 cruces rosas a mitad de las faldas de la sierra.

Mientras leían cada uno de los nombres de las mujeres asesinadas este año, un hombre mataba a su esposa a balazos antes de quitarse la vida en la parte norte de la ciudad junto al parque industrial Omega.

Para Imelda Marrufo, directora de la Red Mesa de Mujeres, organización que acompaña legalmente a familias de víctimas de feminicidio, la violencia es en todos los ámbitos, y la impulsan sobre todo, dos ejes: la esfera social, que reproduce y justifica la agresión contra las mujeres además de criminalizar a las víctimas y la impunidad fomentada y arraigada en el sistema de justicia.

Estos detonantes llevan a que se violente a la mujer porque se le ve como un objeto. Entonces, dice la especialista, separar la agresión sexual y el feminicidio se vuelve difícil porque hay casos en los que lo primero termina, desafortunadamente, en lo segundo.

En la lista de feminicidios por municipio, Ciudad Juárez ocupa el segundo lugar, debajo de Ecatepec y encima de Acapulco. Las tres ciudades más letales para la seguridad de las mujeres en el país. Sin embargo, Juárez encabeza la lista de denuncias por violación, por lo menos en los datos que arrojan los primeros seis meses del año.

Ciudad Juárez es el municipio del país que tiene más denuncias por violación: 220. Al día, una mujer al menos denunció ser violada. Una cada 20 horas sería más exacto.

Sin embargo, el estado que más denuncias registró fue el Estado de México, con 989 carpetas iniciadas en los primeros seis meses del año. Le sigue Chihuahua con 486 casos. Y después Chiapas con 355, según los datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.

En cuanto a municipios, después de Ciudad Juárez, en Tijuana se denunciaron 132 ataques sexuales como violación. Y en Chihuahua capital fueron 131.

Horas después del ataque contra Nahomi y sus dos hermanas una mujer se acercó para decir que también fue agredida por el mismo hombre, dio a conocer la vocera de la Fiscalía Especializada de la Mujer. Ella no quiso hacer una denuncia oficial de la violación, pero ofreció su ayuda para identificar al responsable.

La parte social, de la que habla la especialista, en la que se culpa a la mujer y se le cuestiona qué vestía, en dónde estaba, qué hacía, lleva a que más del 90% de las violaciones no se denuncian. Según datos del Inegi, la cifra negra de delitos alcanza hasta 93.7%.

En este contexto, un grupo de mujeres se paró frente a las 13 cruces rosas en el arroyo El Navajo para soltar un globo por cada feminicidio, 83 nombres que hasta ese momento tenían registrados porque no podían saber lo que pasaba en la ciudad. Una madre sin hija porque se la arrebataron, se aferraba llorando a la cruz, lugar exacto de donde levantaron los restos de Idaly Juache Laguna.

En el centro de la ciudad una familia rota velaba a Nahomi. Cuyo cuello fue apretado hasta la muerte por la furia de un hombre que buscaba penetrarla y no lo logró.

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