La última vez que estos dos se habían encontrado fue en agosto, por la Supercopa de España, y ese día, los merengues le pegaron un baile tal al equipo catalán, que muchos pensamos que se cerraba una época histórica del Barcelona y se abría la hegemonía del Real Madrid. Aquel día, Gerard Piqué afirmó que por primera vez en 10 años se sintió inferior al Madrid.

Pero ¡cómo cambiaron las cosas unos meses más tarde! 25 partidos después, el Barça se mantiene invicto en la Liga, y la distancia con sus rivales madrileños es de... 14 puntos. Y ayer se vieron contundentes en el momento justo que lo tenían que hacer: con la protección que Marc André ter-Stegen da atrás, una defensa que cada vez se siente más sólida (mejor que en la época de Luis Enrique), con el plus de encontrar en Sergi Roberto y Jordi Alba a dos laterales que están haciendo el trabajo perfecto para ensanchar la cancha, y darle espacios a Lionel Messi y Luis Suárez.

Y lo del brasileño Paulinho (venía del futbol chino), quien se está transformando partido tras partido en la gran sorpresa de esta temporada, uno que siempre llega desde atrás, sorprendiendo a las defensas y que va y viene de área a área sin nunca cansarse (lo que los ingleses describen tan bien como “box to box midfielder”).

El trabajo detrás de las escenas del humilde y poco hablador Ernesto Valverde se notó otra vez: no duda con un convencional 4-4-2, donde el equipo está aplicado en defensa, trabajando todos en conjunto, sin individualidades para destacar, porque acá lo que importa es el trabajo en equipo. Y algo que es un parteaguas: este Barça no se desespera si no tiene la pelota todo el tiempo (¡qué diferencia con el equipo de Guardiola!). Por supuesto que Messi sigue siendo la gran figura y te puede salvar partidos. Pero este Barça parece jugar más en equipo que lo que hacía el de Luis Enrique.

Ahora sí, un marcador de 3 a 0 puede parecer como un paseo, pero Real Madrid y Barcelona hicieron un partido equilibrado la mayor parte del tiempo, con momentos decisivos que los blaugrana aprovecharon. La temporada irregular del Real Madrid se vio en la cancha. Un equipo capaz de jugar bien, pero no tan bien como antes, y que va jugando cada vez peor. En el segundo tiempo, los blancos se vieron flojos, lentos y se equivocaron en todo.

El primer gol pareció un contraataque en cámara lenta. Brillantes Sergi Roberto y Sergio Busquets en el inicio de la jugada, pero nadie en el Real Madrid marcó con presión ni intentó bloquear. Desidia y confusión total. Este equipo se desconecta por momentos en los partidos y lo paga caro. Se les ve frágiles e inestables. ¡Qué diferencias hacen sólo cinco meses!

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