Existen muchas e importantes razones por las que la Coalición Fuerza y Corazón debe trabajar para obtener la victoria en las elecciones del 2024: asegurar el respeto a la ley y la rendición de cuentas, proteger las instituciones esenciales, mantener la división de poderes, garantizar la libertad de opinión, y que nuestro país no deje de ser una democracia. Esas son algunas de las razones por las que se debe cambiar al gobierno, pero ninguna de ellas es un argumento atractivo para conseguir el respaldo de las mayorías en una campaña. Es momento de asumirlo.

Las razones de fondo por las que se debe ganar, y los argumentos y ofertas con las que se puede ganar, son cosas muy distintas. En el contexto actual, donde Morena tiende a dominar la narrativa social, lograr la victoria implica algo más que destacar las muchas deficiencias del gobierno actual. Aunque es importante señalarlas, no constituyen el frente decisivo.

Si la elección del 2024 se convierte en un referéndum sobre el actual gobierno y su líder, es claro lo que va a ocurrir. Asumamos, pues, que para la mayoría del electorado la defensa de la democracia y las instituciones puede percibirse como una continuación del status quo que generó descontento en 2018, y cuyo colapso, aunque significó un retroceso, les satisface hacia 2024. Es una paradoja, pero es la realidad que debemos aceptar para desarrollar alternativas viables.

La clave para superar esta encrucijada radica en la propuesta. Debemos ofrecer soluciones urgentes de manera seria, ingeniosa y precisa, con creatividad en la comunicación, pero, sobre todo, con capacidad técnica y responsabilidad. Ahí están los terribles déficits en materia de salud, seguridad, educación, y cultura, por mencionar lo obvio.

Recordemos que los mexicanos optaron por la democracia no como una forma de vida incondicional. En gran parte nos embarcamos en ella buscando un sistema que acabara con las crisis sexenales y diera resultados concretos que se sintieran en cada hogar. Por ahí debe construirse el argumento para convocar a los ciudadanos este 2024.

Ciudadanizar la elección, apostando por la democracia colaborativa, es la única opción para las fuerzas que defienden la democracia liberal en México. Ello requerirá construir una plataforma de código abierto, donde cada ciudadano pueda aportar y ver atendida su necesidad comunitaria y respaldadas sus aspiraciones familiares e individuales.

Es esencial que la oferta de la Coalición sea básicamente personalizada para cada ciudadano, con un compromiso por escrito y un certificado que lo asegure. Ya tocará a los expertos la agregación inteligente y coherente de esas necesidades. Hagamos posible que cada mexicano escriba lo que necesita y quiere para el 2024-2030, y logremos que de esos bloques básicos de peticiones, reclamos y sueños surja el algoritmo de una democracia de resultados. Solo así será posible vencer la falacia de un país gobernado de manera unipersonal.

No nos quedemos en los grandes temas. De poco servirá ganar un abstracto debate de altura si palidece ante la realidad de los electores que irán a votar esperando respuestas tangibles a sus dilemas. A la doctrina del “ajuste de cuentas” solo se le vence con ofertas puntuales.

Para defender las grandes ideas vayamos a la micro-propuesta. Para escribir el mejor código democrático dejemos que cada mexicano aporte su bit al algoritmo nacional. Construyamos el proyecto que deje claro dónde reside el bienestar ciudadano. Es eso o seguir atrapados por una narrativa enajenante.

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