“La libertad económica es un requisito esencial de la libertad política”.

Milton Friedman

Milton Friedman es, sin duda, una de las mentes más brillantes e influyentes del pensamiento económico del último siglo y, probablemente, de todos los tiempos, junto con .

El neoyorquino tuvo gran influencia en las decisiones de política económica al dar asesorías a jefes de estado y de gobierno, e incluso recibió el Premio Nobel de economía en 1976 por sus análisis de teoría monetaria y consumo, siendo uno de sus textos más reconocidos.

Comparto con Friedman una preocupación central: la inflación. Este problema se origina en el mercado de dinero cuando para cubrir sus transacciones diarias, ya sea en billetes, monedas o saldo líquido en cuentas a la vista para consumo inmediato.

Si el Banco Central —que determina la oferta monetaria—, decide incrementar la cantidad de dinero en circulación, entonces la población simplemente gastará el excedente de dinero que recibe, ya que lo percibe como “dinero extra”: un proceso puramente inflacionario, como veremos a continuación.

Si esto ocurre, habrá más dinero en la economía persiguiendo los mismos bienes, por lo que éstos subirán de precio en la misma proporción en la que creció la emisión de dinero, al menos en una primera etapa.

Sin embargo, con precios más elevados, las personas necesitarán más de dinero para poder pagar productos y servicios más costosos. Recordemos que, si no hubiera mayor emisión monetaria, la inflación concluiría, ya que nadie buscaría gastar por arriba de su presupuesto.

La inflación sólo continúa si el Banco Central emite más y más dinero y se repite el proceso a lo largo del tiempo, como podemos apreciar en la siguiente gráfica, donde vemos la relación directa entre inflación y oferta monetaria, ():

Ricardo Salinas Pliego
Ricardo Salinas Pliego

*M2 consta de: (1) moneda fuera del Tesoro de EE. UU., los Bancos de la Reserva Federal y las bóvedas de las instituciones de depósito; (2) depósitos a la vista en bancos comerciales (excluidos los montos en poder de instituciones de depósito, el gobierno de los EE. UU. y bancos extranjeros e instituciones oficiales) menos las partidas en efectivo en proceso de cobro y la Reserva Federal flotante; (3) otros depósitos líquidos; (4) depósitos a plazo de pequeña denominación y (5) saldos en fondos del mercado monetario minoristas.

Milton Friedman alertó que mientras más elevada sea la inflación, mayores serán las consecuencias negativas para la población.

Un ejemplo extremo de este fenómeno fue la después de la segunda guerra mundial, donde en promedio los precios se multiplicaban por 100 cada mes. Así, si una taza de café costaba 10 centavos un primero de enero, costaría $10 al comenzar febrero, $1,000 en marzo, $100,000 en abril y $10 millones en mayo.

En este entorno, a los trabajadores húngaros se les actualizaba y pagaba su sueldo tres veces al día, con lo que de inmediato acudían a comprar bienes antes de que el dinero perdiera buena parte de su valor ―lo que naturalmente reducía sus posibilidades productivas.

Esto fue un distractor inaceptable para las actividades diarias de las personas, afectando la productividad de la mano de obra y de toda la economía, deteriorando la calidad de vida de las familias ―como podemos apreciar hoy en día en Venezuela, Turquía y Argentina.

En otras ocasiones, las autoridades utilizan políticas inflacionarias para “propiciar una mayor generación de empleo” y mayor producción, pero esta estrategia siempre fracasa ya que, tanto los trabajadores (que inicialmente se motivan por mayores sueldos) como las empresas (que incrementan la producción impulsadas por dar precios más altos en sus mercancías), en poco tiempo se dan cuenta de que el resto de los precios en la economía también crece. En otras palabras, la llamada “” es sólo eso.

Como buen economista liberal, otro tema relevante para Milton Friedman es la capacidad del ser humano para decidir sobre su propia forma de actuar, y explica con gran lucidez que la libertad económica es una condición necesaria para el desarrollo de las libertades políticas e individuales.

De acuerdo con Milton Friedman y otros autores, la libertad de comercio, junto con la de expresión, son la piedra angular de una sociedad abierta.

En el ámbito político, la ciudadanía ejerce de mejor manera su libertad de expresión y el derecho a elecciones libres en un entorno de libertad económica donde existe una diversidad de medios de comunicación para expresar opiniones. Mientras que, en ausencia de estas libertades, el gobierno poseerá dichos medios y ejercerá un fuerte control sobre ellos, con la intención de desaparecer toda voz crítica, como hoy ocurre en Venezuela, Cuba, Nicaragua y Corea del Norte.

El legado de Friedman es fundamental para el pensamiento económico y la defensa de la libertad. Una buena forma de conocerlo es el libro de Steven E. Landsburg, The Essential Milton Friedman, una lectura recomendable que resulta particularmente útil debido a la gradual ―pero persistente― erosión de las libertades que se vive alrededor del mundo.

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