En la reunión que se transmitió en vivo desde la Casa Blanca y Palacio Nacional los mexicanos pudimos ver cómo el Presidente de México desperdició 10 valiosísimos minutos con el Presidente de Estados Unidos, en una conversación vacía, absurda sin ningún valor para México ni para Estados Unidos. López Obrador tuvo la oportunidad de pedirle al Presidente Biden públicamente su invaluable apoyo para recibir vacunas para México, aunque han dicho que no enviarán, Obrador le pudo haber propuesto una estrategia de vacunación transfronteriza con el que se beneficiaran ambas naciones y ambos ciudadanos, argumentando la importancia que representa el paso fronterizo de millones de mexicanos que cruzaban al día por cuestiones de empleo, estudio, comercio y turismo, debió convencerlo de la prioridad de inmunizar a los ciudadanos que habitan en ambas fronteras, para lograr la reactivación económica en ambos naciones, y con ello protegerse mutuamente y así aprovechar las dos coyunturas; la económica y la de salud.

Obrador debió haber hecho el intento públicamente de unir esfuerzos humanitarios con Joe Biden, para beneficiar a ambas naciones en esos 10 minutos que desperdició hablando de Porfirio Díaz y Juárez, como si se tratara de una charla de café con un personaje histórico y no del Presidente de Estados Unidos, dejó pasar una gran oportunidad de haberle demostrado a los mexicanos su “profundo interés” por conseguir vacunas contra el COVID, pero no sólo eso, también perdió la oportunidad de agradecer a Biden la cancelación del muro fronterizo, dejó pasar la oportunidad de reconocerle el acuerdo firmado de legalizar y no deportar a los dreamers, decisión humanitaria que beneficiará a millones de migrantes mexicanos, dejó pasar la oportunidad de sellar una reconciliación entre ambos mandatarios, y de reconocer la solidaridad que ha mostrado Biden con los migrantes mexicanos que Trump atacó y laceró, con sus leyes racistas y su retórica fascista con la que siempre agredió a México.

En vez de aprovechar esa valiosa oportunidad lamentablemente prefirió hablar de cosas absurdas sin sentido que a nadie beneficiaron.

En cambio Biden sólo se reía de las citas históricas que Obrador recitaba, él se sintió muy cómodo que el Presidente de México no le pidiera nada y no lo comprometiera con nada públicamente, sólo habló de sus visitas a México y de su amor por la Guadalupana, evitando desgastarse en negarse o en aceptar cualquier ayuda que le solicitara.

Posteriormente publicaron la declaración conjunta de ambas naciones, de la que no hubo acuerdos sustanciales sólo generales, tales como darle seguimiento a los acuerdos migratorios relativos a Centroamérica, combatir la pandemia, la corrupción y a la inseguridad, pero no dicen cómo.

Lo único rescatable fue el tema del medio ambiente para reducir contaminantes, pero con la nueva reforma eléctrica que acaba de aprobar el Senado, será imposible que Obrador cumpla con ese acuerdo, como ha dejado de cumplir con muchos otros.

No se pueden estar desperdiciando estos encuentros bilaterales, cada día que pasa México deja de vacunar a millones de mexicanos, razón por la que se pierden miles de vidas humanas, cada día que pasa la delincuencia aumenta, la pobreza se agrava, la crisis se agudiza y el país se hunde, el Presidente y el Canciller deben entender que no están para charlas amistosas de zoom, que el problema es muy grave y urgente, Estados Unidos vacuna diario a casi un millón de ciudadanos y aquí se mueren a diario casi mil mexicanos, este es un tema de emergencia humanitaria que no puede esperar más. A López Obrador le están pasando factura por sus actitudes altaneras y bravuconas, tales como desconocer el triunfo de Biden, lanzar advertencias de no meterse con la soberanía, burlarse de las leyes e instituciones de seguridad, y no cumplir los acuerdos comerciales.

López Obrador debe entender que no puede confrontar a la potencia económica, debe tener un equipo de asesores y negociadores de alto nivel, que los escuche y que estén a la altura de las circunstancias que demanda la nación y la humanidad en este momento, México no puede soportar más calamidades de las que ya hemos vivido en esta pandemia, si el presidente sigue gobernando sin rumbo, sin conciencia y sin inteligencia tarde que temprano México va a necesitar respiración artificial.

Rafael Medina Martínez
Analista Internacional

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