Al final de su administración, en 1982, José López Portillo dio a conocer la nacionalización de la banca, noticia provocó enojo en la iniciativa privada, a la par que tomó fuerza la pregunta del origen del dinero con que había construido el complejo de sus mansiones cerca de Cuajimalpa, al que popularmente se conoció como la “Colina del perro”.

El terreno de entre 100 y 120 mil metros cuadrados había tenido un costo de compra de 17 millones de viejos pesos -ahora equivalente a más de 25 millones de pesos-, podía verse desde la carretera hacia Toluca e incluso dentro se construyó una estación eléctrica con capacidad para dar servicio a un poblado mediano, según investigaciones de la revista Proceso en 1982.

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“En realidad el presidente (López Portillo), yo creo fue muy cínico, porque eso de que salía con las manos limpias pues… ¿Con qué hicieron la Colina del Perro, con qué hicieron todas sus mansiones?, ni modo que le alcance con su sueldo… No es correcto que a los mexicanos se les hable con tanto cinismo”, increpó al Ejecutivo el entonces presidente de la Caintra, Eugenio Clariond Reyes.

Amplias avenidas, dotadas de todos los servicios, que comunican a Paseo de la Reforma con las mansiones de José López Portillo. Tras la donación de parte del terreno, se estimó que los departamentos que ahí se levantaran costarían hasta 40 millones de pesos. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.
Amplias avenidas, dotadas de todos los servicios, que comunican a Paseo de la Reforma con las mansiones de José López Portillo. Tras la donación de parte del terreno, se estimó que los departamentos que ahí se levantaran costarían hasta 40 millones de pesos. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.

La Colina del perro se construyó con dinero del erario público, así lo dio a conocer aquella revista, cuando reveló que el mandatario destinaba cantidades millonarias para la construcción de mansiones para su familia.

Comprendió un complejo de cuatro residencias, una para cada uno de sus tres hijos: José Ramón, Carmen Beatriz y Paulina, otra era para él y además contaba con una biblioteca, el terreno está ubicado en la colonia Bosques de las Lomas, muy cerca de Cuajimalpa.

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Años más tarde, a casi dos meses del sismo de 1985, EL UNIVERSAL reportó que el expresidente López Portillo donó parte de su terreno en Cuajimalpa para el Fondo Nacional de Reconstrucción. Al menos 60 mil metros de la "Colina del perro" se pusieron a disposición del fondo para su venta, cuyo saldo se destinaría a damnificados por el terremoto.

Entrada de la propiedad de la “Colina del Perro”, en Cuajimalpa. La familia López Portillo ahí tenía algunas mansiones, rodeadas de seguridad. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.
Entrada de la propiedad de la “Colina del Perro”, en Cuajimalpa. La familia López Portillo ahí tenía algunas mansiones, rodeadas de seguridad. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.

EL UNIVERSAL estimó que cada metro cuadrado donado tenía un costo mayor a 50 mil pesos, pues estaba en una zona residencial urbanizada. Los terrenos tenían todos los servicios y eran de excelente calidad, al grado de tener televisión por cable disponible, pues eran parte de la propiedad del expresidente.

En contraste, a escasos kilómetros de distancia, los habitantes de Cuajimalpa carecían de los servicios más básicos, como agua y luz constante. Según comentaron los vecinos, antes de la llegada del expresidente, un metro cuadrado del área no rebasaba los 5 mil pesos, pero "de la noche a la mañana" aumentó un mil por ciento su costo. "Ahora sólo riquillos y servidores públicos son los que pueden adquirirlos", comentaron varias personas a EL UNIVERSAL en 1985.

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Aún casado con Carmen Romano Nolk, el ex mandatario planeó que heredaría las residencias a sus tres hijos; sin embargo, al conocer a todo cambió y se divorció en 1991, luego de 40 años de matrimonio, para unirse por lo civil con la actriz de origen italiano. De esa unión nacieron dos hijos más: Nabila y Alexander.

Vista de la propiedad del expresidente José López Portillo. Él y su familia donaron 60 mil metros de la apodada “Colina del Perro” para apoyar al Fondo Nacional de Reconstrucción, tras el sismo de 1985. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.
Vista de la propiedad del expresidente José López Portillo. Él y su familia donaron 60 mil metros de la apodada “Colina del Perro” para apoyar al Fondo Nacional de Reconstrucción, tras el sismo de 1985. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.

La revista Proceso informó en su momento que se pensaba que la construcción era propiedad del actor Mario Moreno “Cantinflas”, pero los vecinos se percataron de que Carmen Romano y su hijo acudían seguido a las residencias, además de que había presencia de guardias militares.

La publicación describió que una de las mansiones era de tipo medieval y otras dos de rasgos coloniales, con grandes ventanales y techo de dos aguas, muy al estilo californiano; contaban con numerosas chimeneas y grandes miradores.

Carmen Romano Nolk, ex esposa de López Portillo, murió en el 2000, mientras la relación entre Sasha y el exmandatario no duró mucho y pronto pensaron en el divorcio.

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En pleno trámite de separación ocurrió el deceso de López Portillo, el 17 de febrero de 2004, y la ex actriz figuró como legítima esposa con derechos a propiedades. De acuerdo con la cobertura de EL UNIVERSAL del 19 de febrero de ese año, Montenegro heredó las propiedades y pensión del exmandatario –124 mil pesos mensuales, cuyo porcentaje descendió cada año–, y comenzó una disputa con los hijos del también maestro y escritor.

Boda religiosa entre Sasha Montenegro y el expresidente José López Portillo, el 16 de junio del 2000. Foto: Marcial González/EL UNIVERSAL.
Boda religiosa entre Sasha Montenegro y el expresidente José López Portillo, el 16 de junio del 2000. Foto: Marcial González/EL UNIVERSAL.

Después de la muerte del expresidente, en 2004, el terreno se fraccionó: una parte para los hijos de Carmen y la otra para los dos de Sasha. La icónica vedette comenzó a rentar la fastuosa propiedad en 2007, como un set para telenovelas y películas, como Al diablo con los guapos de Televisa o Estado de Gracia de Canal Once, según reportó en su momento este diario.

De acuerdo con el sitio La Silla Rota, para el 2013 una sección fue vendida para construir una torre de departamentos de más de 30 pisos, que en 2019 entró en juicio por riesgos de la construcción y otros actos ilegales; mientras que en la otra el proyecto fue levantar un fraccionamiento de 50 casas de lujo.

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El último reducto que quedó en pie de la llamada Colina del Perro fue la biblioteca, la cual fue demolida en 2018, misma que el expresidente heredó a sus hijos Nabila y Alexander, cuya área era de 5 mil 200 metros cuadrados. Hoy solo queda el recuerdo de aquellas mansiones y de la polémica que provocaron.

A un costado de la majestuosa residencia de los López Portillo, se encontraba una humilde vivienda construida con láminas. La dueña era una mujer con seis hijos, quien vendía alimento a los soldados que protegían la propiedad del exmandatario. Su casa no tenía los mismos servicios que tenía la “Colina del Perro”. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.
A un costado de la majestuosa residencia de los López Portillo, se encontraba una humilde vivienda construida con láminas. La dueña era una mujer con seis hijos, quien vendía alimento a los soldados que protegían la propiedad del exmandatario. Su casa no tenía los mismos servicios que tenía la “Colina del Perro”. Foto: Vicente Arteaga/Archivo EL UNIVERSAL.
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