Quizá en un restaurante de cadena, o en talavera poblana y tlaxcalteca, pero no hay duda de que muchos han comido al menos una vez en platos de porcelana blanca con dibujos azules. Más allá del gusto de cada quien, es fácil percibir que estos platos tienen más tradición que moda detrás de su uso.

En años recientes es cada vez más usual tener vajilla de melamina en casa, por lo que resalta aún más el sonido cuando los cubiertos chocan con estos platos. El precio de estos enseres es otra razón por la que podemos asociar comer en porcelana con ocasiones especiales.

Tanto la artesanal talavera como la vajilla insignia de las cafeterías del tecolote son productos que comparten raíces culturales más antiguas que la llegada de los colonizadores españoles, pero son productos diferentes. Esta entrega de comparte el viaje por el mundo que hicieron los platos albiazules, en que se volvieron los favoritos de varios países.

La auténtica talavera de Puebla sólo proviene de las localidades de Atlixco, Cholula y Tecali, debido a la calidad del barro que se encuentra ahí, así como gracias a la tradición de su manufactura, que se remonta al siglo XVI. Víctor Hugo Rojas/EL UNIVERSAL.
La auténtica talavera de Puebla sólo proviene de las localidades de Atlixco, Cholula y Tecali, debido a la calidad del barro que se encuentra ahí, así como gracias a la tradición de su manufactura, que se remonta al siglo XVI. Víctor Hugo Rojas/EL UNIVERSAL.

El dibujo cuenta una historia de amor imposible

Mientras que la talavera suele tener decoraciones menos exóticas, un clásico de la porcelana decorada de azul intenso son los paisajes que hacen referencia a la antigua China. El diseño, desde hace siglos y en diferentes países, ha sido casi idéntico porque se apega al mito urbano de que cuenta la historia de dos enamorados.

Lee también:

Kung-Si era la hija de un mandarín muy adinerado, y Chang el asistente de contabilidad de dicho magnate. Según el estudio del doctor en historia, Joseph Portanova, unos cuentan que mientras Chang hacía todo el trabajo pesado, el padre de Kung-Si ocupaba su tiempo en recibir sobornos.

El doctor Portanova, profesor de historia en la Universidad de Nueva York, señala que el edificio más grande que vemos en los platos era el palacio en que vivían Kung-Si y su padre.

El patrón de sauce no se limita a platos redondos. Tazas, platos soperos y hasta bandejas de porcelana cuentan la popular historia de los enamorados. En la charola de la imagen, gracias al espacio, se aprecia mejor el sauce, en medio del diseño. Wikimedia Commons.
El patrón de sauce no se limita a platos redondos. Tazas, platos soperos y hasta bandejas de porcelana cuentan la popular historia de los enamorados. En la charola de la imagen, gracias al espacio, se aprecia mejor el sauce, en medio del diseño. Wikimedia Commons.

La historia arranca con el amor entre la joven y el "chambeador" office boy, que se veían a la sombra de unos árboles de naranja. De inmediato, esa relación enfureció al mandarín millonario, que mandó construir un muro para impedirles verse; incluso ordenó hacer un departamento aparte para su hija: toda una torre al estilo de Rapunzel.

Esto explica que en la porcelana veamos un edificio grande, a su lado unos árboles frutales y enseguida un edificio de menor tamaño. Otro elemento fácil de observar es el muro, porque siempre lo dibujan en zigzag, parecido a un biombo.

Chang perdió su trabajo, y para colmo, el padre de Kung-Si arregló el matrimonio entre ella y un duque adinerado, que llegó desde lejos en un barco y con una caja de joyas como regalo.

La boda establa planeada para cuando cayera el último retoño de sauce, que daba suspenso a la historia igual que la campanada de la media noche al cuento de la Cenicienta. Por eso es que en medio suele haber una figura curva: un sauce que incluso da su nombre a esta cerámica en países como Reino Unido.

Hace poco más de cien años, la Enciclopedia de los Niños reprodujo el diseño del patrón de sauce que vemos hasta la fecha, con una sencilla explicación en inglés. Wikimedia Commons.
Hace poco más de cien años, la Enciclopedia de los Niños reprodujo el diseño del patrón de sauce que vemos hasta la fecha, con una sencilla explicación en inglés. Wikimedia Commons.

Aunque también hay versiones variadas sobre si ella se casaría o no y de dónde salió la caja de joyas, todas concuerdan en que Chang se disfrazó de sirviente para infiltrarse al palacio y rescatar a Kung-Si. Los enamorados habrían huido por un puente hacia el barco en que dejaron atrás todo lo que les impedía vivir juntos.

Lee también:

El puente y un pequeño barco (que según otros, era de un pescador amable) son dos imágenes más que se encuentran en los típicos platos, casi siempre junto a una casa coronada de fuego.

Sucede que los enamorados no vivieron un “felices para siempre”, porque tras unos años los encontraron y le prendieron fuego a su hogar. El final de la historia dice que los dioses se apiadaron de Kung-Si y Chang por el amor que se tenían, de modo que los convirtieron en las dos palomas que vemos hasta arriba en el plato.

Es curioso que al igual que los platos chinos, la Casa de los Azulejos tiene una leyenda sobre su origen. Por otro lado, la gran herencia cultural de la cerámica decorada con pinturas azul y amarilla ayuda a entender por qué se tapizó una residencia con azulejos: comunicaba a los peatones el poder económico y el bagaje cultural del dueño. Foto: Alma Rodriguez Ayala.
Es curioso que al igual que los platos chinos, la Casa de los Azulejos tiene una leyenda sobre su origen. Por otro lado, la gran herencia cultural de la cerámica decorada con pinturas azul y amarilla ayuda a entender por qué se tapizó una residencia con azulejos: comunicaba a los peatones el poder económico y el bagaje cultural del dueño. Foto: Alma Rodriguez Ayala.

Los británicos hicieron el diseño actual

A mediados del siglo XVIII, más de 250 años atrás, las exportaciones de porcelana blanca con decoración azul desde el Imperio Chino llevaban siglos siendo un éxito. Las imitaciones europeas llevaban también siglos compitiendo con sus ventas, aunque sin superarlas.

En esa época incluso se inventó la impresión por transferencia, que permitió industrializar la decoración de cerámica en los talleres británicos. Sin embargo, al mismo tiempo China dividía el trabajo en sus fábricas, por lo que el trabajo aún se hacía a mano pero también se lograba una producción enorme.

El ingenio del lejano oriente no acabó ahí, pues también por entonces los chinos notaron que ciertos dibujos se vendían más que otros. Implementaron los diseños más exitosos, sin importar si implicaba copiar las imitaciones de los europeos, quienes nunca habían visto los paisajes chinos que imprimían.

Lee también:

La talavera poblana también se distingue por diseñar sus propios patrones, sin duda con herencia prehispánica, en lugar de reproducir obras pueblos de Asia o Europa. Foto: Víctor Hugo Rojas/EL UNIVERSAL.
La talavera poblana también se distingue por diseñar sus propios patrones, sin duda con herencia prehispánica, en lugar de reproducir obras pueblos de Asia o Europa. Foto: Víctor Hugo Rojas/EL UNIVERSAL.

Fue en medio de aquella competencia que surgió el “patrón de sauce” (o willow pattern), y que se rastrea a una fábrica británica llamada Caughley, aunque el crédito se debate entre un par de tocayos: Thomas Minton y Thomas Turner.

Al parecer, la cuestión del crédito nunca importó mucho, pues los alfareros solían prestarse los grabados y las compañías se copiaban diseños con frecuencia, de acuerdo con Portanova.

El profesor neoyorquino está seguro de que el patrón de sauce -que aún se usa en el México del siglo XXI- es una composición europea inspirada en productos varios importados de China. Lo curioso es que las copias chinas de las imitaciones europeas dieron la impresión de que aquellos dibujos sí eran “antigua cultura china”.

Por curioso que parezca, a diferencia del patrón de sauce, esta vasija encontrada en un convento portugués tiene un valor artístico peculiar por sus imágenes eróticas, que sin duda reflejan rasgos inesperados de la antigua cultura china. Foto: ESPECIAL.
Por curioso que parezca, a diferencia del patrón de sauce, esta vasija encontrada en un convento portugués tiene un valor artístico peculiar por sus imágenes eróticas, que sin duda reflejan rasgos inesperados de la antigua cultura china. Foto: ESPECIAL.

La conclusión del historiador es que de ahí surgió mito urbano de que los platos revelaban una leyenda china. Por desgracia, el pintoresco relato habría sido mercadotecnia de los europeos, pues no tiene orígenes chinos ni retrata los valores sociales del Imperio Chino.

Lee también:

Por el contrario, la leyenda debe su popularidad a un ideal de rebeldía en que Kung-Si se opuso tanto a su padre como a las convenciones sociales de su país.

Un par de ciudadanos observa tres de las piezas de porcelana de la dinastía Ching (1636-1911) que estaban listas para ser rematadas en Beijing, en 2011. Foto: Xinhua/Zhang Yanhui.
Un par de ciudadanos observa tres de las piezas de porcelana de la dinastía Ching (1636-1911) que estaban listas para ser rematadas en Beijing, en 2011. Foto: Xinhua/Zhang Yanhui.

La talavera debe su origen a varias culturas

Lo anterior explica por qué al terminar unos chilaquiles, en cierta cafetería de cadena, encontramos dibujos orientales, pero no aclara cómo llegó a México ese tipo de vajilla.

Por un lado, se sabe que la talavera debe su nombre al municipio español conocido como Talavera de la Reina, donde ya había tradición alfarera con mucha influencia del arte islámico, cuando artesanos flamencos introdujeron las técnicas con que Países Bajos competía contra la auténtica porcelana china en el siglo XVI.

Una gran ánfora con la imagen de un guerrero, hecha en 1930, fue parte de la muestra "El arte redivivo" por el I Centenario de la Fábrica “Juan Ruiz de Luna”, en Talavera de la Reina, Toledo de 2008. Foto: EFE/Jose Ángel.
Una gran ánfora con la imagen de un guerrero, hecha en 1930, fue parte de la muestra "El arte redivivo" por el I Centenario de la Fábrica “Juan Ruiz de Luna”, en Talavera de la Reina, Toledo de 2008. Foto: EFE/Jose Ángel.

Aunque la historia de la talavera no se ha estudiado tanto como la de la porcelana china, se cree que hay razones para creer que esta cerámica, también llamada mayólica, tiene influencia española, italiana, árabe y china.

En primer lugar, si esta fue la primera cerámica vidriada de América, se debe a los habilidosos artesanos indígenas de Puebla, que la produjeron tras sumar a sus conocimientos las técnicas que trajeron los colonizadores de España.

Lee también:

Al mismo tiempo, esto implica influencia árabe, tanto por algunos motivos visuales como por el uso del color azul, que proviene de Medio Oriente.

Esta caja es señal de la cercanía entre las dos culturas que lograron esta porcelana, gracias a las inscripciones en escritura árabe. Wikimedia Commons.
Esta caja es señal de la cercanía entre las dos culturas que lograron esta porcelana, gracias a las inscripciones en escritura árabe. Wikimedia Commons.

Cabe mencionar que la palabra mayólica pasó del italiano al español, lo que podría deberse a la cerámica de tradición italiana, o a la cerámica de Mallorca que tuvo éxito en la actual Italia.

Por último, en Nueva España se decidió destinar el pigmento azul sólo a la cerámica blanca más fina, pues el azul era el color más costoso de producir. Una diferencia que distingue a la talavera mexicana es que incorporó más colores y no sólo el azul.

Hoy en día, es posible comprar desde talavera -poblana y tlaxcalteca- con denominación de origen (desde 1995) hasta vajillas producidas en serie por la cadena de los tecolotes. Ahí, se le denomina “cerámica tipo talavera”, sin considerar que usan el patrón de sauce británico.

En el cuadro del milagro del obispo Hugo de Grenoble, realizado por Francisco de Zurbarán en 1635, el pintor colocó sobre la mesa un jarrón, que se cree que podría ser una referencia a Talavera de la Reina. Wikimedia Commons.
En el cuadro del milagro del obispo Hugo de Grenoble, realizado por Francisco de Zurbarán en 1635, el pintor colocó sobre la mesa un jarrón, que se cree que podría ser una referencia a Talavera de la Reina. Wikimedia Commons.

La única duda es cómo llegó a las tiendas de los hermanos Sanborn este producto, pues si bien se sabe que ellos comerciaron con platería y artesanías desde finales de los años 20, el sitio web actual no toca el tema de los platos de dibujos azules.

Lee también:

La vajilla actual la produce el sello Ánfora, con sede en México pero de origen alemán. Dado que esta firma comenzó su producción en 1930, existe la posibilidad de que aquellos productores, con bagaje cultural europeo, proveyeran el producto desde las primeras décadas de la cadena.

Aunque se alcanza a distinguir por poco, esta toma aérea del interior del restaurante en la Casa de los Azulejos deja ver la distintiva porcelana que usa la cadena de los tecolotes. Foto: Luis Garcia Soto/EL UNIVERSAL.
Aunque se alcanza a distinguir por poco, esta toma aérea del interior del restaurante en la Casa de los Azulejos deja ver la distintiva porcelana que usa la cadena de los tecolotes. Foto: Luis Garcia Soto/EL UNIVERSAL.

Empezó con porcelana de China y pigmento azul de Irán

Joseph J. Portanova se doctoró en historia por la Universidad de Columbia y se especializa en la antigüedad griega, romana e islámica, así como en los primeros encuentros del Occidente con China, Japón y el Nuevo Mundo. También es autor de La porcelana, el patrón de sauce y la chinería, donde rastreó la historia de estas vajillas.

El también profesor explica que la porcelana china original se hizo a partir de un tipo de arcilla china muy fina, llamada kaolin. El proceso se perfeccionó durante la dinastía Tang (años 618 a 917 d.n.e) y desde el siglo VIII ya era una importación relevante del Imperio Chino.

Gracias a ese comercio con regiones India, África y Medio Oriente, el imperio comenzó a importar cobalto de Irán. Esta sustancia está detrás del intenso color azul que tanto resalta en los platos de porcelana blanca como la nieve.

La industria poblana de la talavera aprovecha más colores además del azul, como se ven en esta bandeja con vivos colores verde y amarillo. Museo de Arte Popular/ESPECIAL.
La industria poblana de la talavera aprovecha más colores además del azul, como se ven en esta bandeja con vivos colores verde y amarillo. Museo de Arte Popular/ESPECIAL.

Portanova cree que ese intercambio comercial le otorgó al mundo las primeras imágenes de China, con paisajes azules en platos y jarrones blancos. También dice que quizá el paisaje más conocido es el del patrón de sauce.

Aunque resulta sorprendente, la opinión del experto señala que es muy probable, casi seguro, que el paisaje en que hoy se sirven platillos como molletes y enchiladas suizas nunca fuera un lugar real de China. Sin embargo, saber esto ayuda a seguir el viaje que hicieron estas artesanías para llegar a México.

Lee también:

Después de entrar a Europa por el comercio de China con Portugal en el puerto de Macao, y con España en Filipinas, la porcelana se volvió muy popular entre los europeos más adinerados del siglo XVI.

Para el siglo XVII la demanda aumentó tanto que en Países Bajos aprovecharon la oportunidad de ofertar su propia porcelana. El centro alfarero de la ciudad de Delft produjo loza de barro acristalada, que aunque no duraba tanto como la china, sí tenía un aspecto similar.

La porcelana estilo “kraak” era de baja calidad para estándares chinos, pero se abrió camino en las exportaciones a Europa por ser vistosa, gracias al azul cobalto. Wikimedia Commons.
La porcelana estilo “kraak” era de baja calidad para estándares chinos, pero se abrió camino en las exportaciones a Europa por ser vistosa, gracias al azul cobalto. Wikimedia Commons.

Tomó otro siglo más que el Estado alemán de Sajonia lograra crear una porcelana más resistente, en 1710. Una década más tarde, se añadió la decoración azul para competir en el mercado de la porcelana china, que ya no necesitaba ser china.

Como explica el profesor Portanova, China estaba abierta al intercambio comercial, pero no al cultural. Incluso los navegantes que mediaban entre el mercado europeo y los productores chinos desconocían los verdaderos paisajes chinos, más allá de los puertos de Macao y Cantón.

Así se llegó a la “chinería” (chinoiserie, en palabras del neoyorquino), un estilo inspirado en la cultura china que no provenía de ese pueblo. El entusiasmo por estos artículos, dice el profesor, llegó a los extremos de la admiración y el ridículo.

El escritor Oscar Wilde llegó a declarar que encontraba difícil “vivir a la altura de su porcelana china”, mientras que Augusto II el Fuerte, rey de Polonia, coleccionó hasta diez mil piezas.

La Casa del Risco, en Álvaro Obregón, es otro caso en que se usaron azulejos y talavera como símbolo de riqueza y gusto por el arte nacional. ESPECIAL.
La Casa del Risco, en Álvaro Obregón, es otro caso en que se usaron azulejos y talavera como símbolo de riqueza y gusto por el arte nacional. ESPECIAL.

A pesar de que en efecto, algunos fanáticos llegaron al extremo, no queda duda de que estos platos fueron los favoritos del mundo, pues desde su natal China a México, pasando por gran parte de Europa, todos quisieron su propio plato blanco con azul.

Hoy la moda está regresando a la cerámica gruesa y sin dibujos, o a materiales como el peltre. Sin embargo, en inglés la palabra china hasta la fecha significa porcelana, y las cafeterías del tecolote no descartan sus platos con sauces y palomas azules. Ahora ya sabes que si un día vas "al gabacho" y alguien saca la fine china para servirte de comer en su casa, eres un invitado muy bienvenido.

  • Fuentes consultadas:
  • Herz, May. Mexican Folk Art Talavera Poblana. Inside-Mexico.
  • Ochoa, Andrea. Talavera, la tradición artística que une a México y España.
  • Portanova, Joseph J. Porcelain, The Willow Pattern and Chinoiserie.
Google News

TEMAS RELACIONADOS