Hoy hablaremos de una de las colonias más populares de la capital: Popotla, la cual se ubica al norponiente de la capital y su origen es prehispánico, así como su nombre náhuatl que significa "entre carrizos huecos" o "entre popotes".

Sus casas se distinguen por ser construcciones al estilo de residencias de descanso de fines del siglo XIX e inicios del XX. Los nombres de sus calles es otro de sus distintivos, pues se refieren a mares conocidos en la historia antigua como Mar de Mármara, Mar Negro, Mediterráneo, entre otros.

“Popotla es una población de origen prehispánico que se estableció junto a la calzada que iba de México-Tenochtitlan a Tlacopan, hoy Tacuba, y su historia está muy relacionada con esta última; el símbolo local es el ´Árbol de la Noche Triste´, donde se dice que Hernán Cortés se sentó a llorar tras la derrota del 30 de junio de 1520", nos comenta en entrevista Rodrigo Hidalgo, cronista, Investigador y periodista con estudios en Lengua y Literaturas Hispánicas y en Ciencias de la Comunicación en la UNAM.

El Árbol de la Noche Triste y el antiguo templo de San Esteban, en Popotla, alrededor de 1873. Según la tradición, Hernán Cortés lloró en este ahuehuete la derrota sufrida ante los mexicas el 30 de junio de 1520; hoy sólo se conservan sus restos. La iglesia fue demolida para erigir otra en su lugar, dedicada a la Virgen del Pronto Socorro. Imagen: B.W. Kilburn Company, Library of Congress.
El Árbol de la Noche Triste y el antiguo templo de San Esteban, en Popotla, alrededor de 1873. Según la tradición, Hernán Cortés lloró en este ahuehuete la derrota sufrida ante los mexicas el 30 de junio de 1520; hoy sólo se conservan sus restos. La iglesia fue demolida para erigir otra en su lugar, dedicada a la Virgen del Pronto Socorro. Imagen: B.W. Kilburn Company, Library of Congress.

La figura de este árbol, un ciprés o ahuehuete que crece en México, se adoptó en el ícono del Metro Popotla, que se localiza en esta colonia de la alcaldía Miguel Hidalgo, pero también en muchas fotos y postales e incluso en un óleo del pintor José María Velasco, junto a la entonces capilla de San Esteban, que fue demolida para construir el actual templo de la Virgen del Pronto Socorro.

A unas cuadras de distancia sobre la Calzada México-Tacuba se encuentra el ahuehuete de aquel dibujo, el llamado “Árbol de la Noche Triste”, entre las calles Mar Blanco, Instituto de Higiene y Noche Triste, en el poblado de Tacuba.

El árbol de la Noche Triste, en Popotla, y sus alrededores en una toma de 1889. A la izquierda, en la esquina con la actual calle de Mar Blanco, se aprecia la barda de la antigua iglesia de San Esteban, que ya en el siglo XX fue reemplazada por el templo actual, dedicado a la Virgen del Pronto Socorro. Imagen: Longwood Collection, Hagley Digital Archives.
El árbol de la Noche Triste, en Popotla, y sus alrededores en una toma de 1889. A la izquierda, en la esquina con la actual calle de Mar Blanco, se aprecia la barda de la antigua iglesia de San Esteban, que ya en el siglo XX fue reemplazada por el templo actual, dedicado a la Virgen del Pronto Socorro. Imagen: Longwood Collection, Hagley Digital Archives.

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Un árbol que ya está para llorar

A la noche del 30 de junio de 1520 se le conoció como “La Noche Triste”, cuando los habitantes de México-Tenochtitlan derrotaron a los españoles y a sus aliados indígenas, los tlaxcaltecas.

Por ello, el ciprés conservó el nombre de “El árbol de la Noche Triste”, pero muchos han querido cambiarlo por “Árbol de la Noche Victoriosa”, al vencer los mexicas a los conquistadores españoles, quienes perdieron gran parte de sus hombres, artillería y cabellería.

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Hoy, de aquel centenario ahuehuete sólo queda parte del tronco, del cual una gran extensión está quemado por varios incendios; el primero fue en 1972, tras el cual logró rescatarse.

Sin embargo, las llamas volvieron a dañarlo el 9 de septiembre de 1980, luego de un corto circuito provocado por una feria que se instaló en la calle a un costado del árbol, según lo menciona la nota de EL UNIVERSAL del 10 de septiembre de 1980.

Este evento lo mató por completo. Hoy, los restos del tronco están apuntalados con columnas de concreto y piedras y se encuentra rodeado con una reja que acompañan dos placas las cuales explican el por qué es histórico este sitio.

Aspecto de la ceremonia del fuego compartido para conmemorar la victoria de los mexicas sobre los conquistadores y sus aliados tlaxcaltecas. Archivo EL UNIVERSAL.
Aspecto de la ceremonia del fuego compartido para conmemorar la victoria de los mexicas sobre los conquistadores y sus aliados tlaxcaltecas. Archivo EL UNIVERSAL.

Famosa también por sus avenidas y personajes

Las casonas y planteles educativos de las calles de la colonia Popotla han quedado plasmadas en el cine de oro mexicano como en las cintas Dos Cadetes (1938) filmada en el antiguo Colegio Militar, con Sara García, Julián y Fernando Soler, así como Carlos López Moctezuma; Islas Marías (1951), una parte grabada en el mismo colegio y donde actúan Pedro Infante y Rosaura Revueltas, dirigida por Emilio “El Indio” Fernández.

Otra famosa película grabada en este barrio es Cuna de valientes (1972) donde vemos las actuaciones de Enrique Rambal, Valentín Trujillo y Viruta; así como la más reciente y polémica Cañitas (2007).

Escena de la cinta Islas Marías de 1951, donde se observa el antiguo Colegio Militar de Popotla. Tomado de YouTube.

A decir de Rodrigo Hidalgo, hoy la colonia se puede dividir en varias etapas más o menos definidas. Por un lado está la que corresponde al trazo más antiguo, del cual forman parte la calle y el jardín de Cañitas y los alrededores del árbol.

Luego está la construcción de casas de campo, ranchos y pequeñas urbanizaciones a los lados de la Calzada México-Tacuba, una de las más viejas de la Ciudad de México y que conectaba a la antigua Tenochtitlan, situada en un islote del lago de Texcoco, con Tacuba que estaba en tierra firme y al oeste del Valle de México.

“Plano de la Ciudad de México”, publicado en 1917 por la Compañía Litográfica y Tipográfica, S.A. en el que se aprecia la traza del estrecho “Callejón de las Cañitas” y las calles aledañas. Colección Carlos Villasana.
“Plano de la Ciudad de México”, publicado en 1917 por la Compañía Litográfica y Tipográfica, S.A. en el que se aprecia la traza del estrecho “Callejón de las Cañitas” y las calles aledañas. Colección Carlos Villasana.

Hoy sobre esta calzada vemos varios planteles educativos que le han dado una identidad que mantiene hasta hoy, como el Colegio Militar que antes fue la Escuela de Maestros; también vemos la Escuela Nacional de Maestros, la Secundaria 15 de Vladimir Kaspé y la Secundaria 120, que antiguamente fuera la Escuela de Agricultura.

El Colegio Militar de Popotla y su entorno en 1929. Este conjunto, obra del ingeniero Porfirio Díaz Ortega, fue inaugurado en 1910 como sede de la Escuela Normal de Maestros y pertenece al ejército desde 1920; en la parte inferior se ven la nave del cine César y la esquina de Lago Cuitzeo y Laguna del Carmen, en la colonia Santa Julia, hoy Anáhuac. Colección Carlos Villasana.
El Colegio Militar de Popotla y su entorno en 1929. Este conjunto, obra del ingeniero Porfirio Díaz Ortega, fue inaugurado en 1910 como sede de la Escuela Normal de Maestros y pertenece al ejército desde 1920; en la parte inferior se ven la nave del cine César y la esquina de Lago Cuitzeo y Laguna del Carmen, en la colonia Santa Julia, hoy Anáhuac. Colección Carlos Villasana.

De norte a sur la atraviesa la calzada Mariano Escobedo, otra importante avenida que la cruza es Cuitláhuac y abarca las estaciones del Metro Colegio Militar, Popotla y Cuitláhuac.

El Colegio Militar de Popotla en una postal cercana a 1940; hoy aquí se encuentran otras dependencias del ejército. Colección Carlos Villasana.
El Colegio Militar de Popotla en una postal cercana a 1940; hoy aquí se encuentran otras dependencias del ejército. Colección Carlos Villasana.

Según información del libro Carlos Chávez, conciertos inolvidables, Relatos e Historias de México de Jaime Bali Wuest, algunos famosos que han vivido en esta colonia fueron: el compositor Carlos Chávez, fundador de la Orquesta Sinfónica de México, el pintor Juan Cordero, el regente de origen militar Alfonso Corona del Rosal, egresado del antiguo Colegio Militar, abogado y político.

El militar revolucionario Victoriano Huerta también vivió aquí, según el libro de Mario Ramírez Rancaño, La República castrense de Victoriano Huerta, al igual que el destacado arquitecto Pedro Ramírez Vázquez; el investigador y periodista Jaime Maussan y en décadas recientes Carlos Trejo, investigador de fenómenos paranormales, quien vivió en la calle de Cañitas.

La temida casa de Cañitas

Rodrigo es vecino del lugar, por lo que fue obligado preguntarle acerca de la famosa casa de Cañitas y el rumbo donde se encuentra.

A modo de introducción nos describió que la calle de Cañitas es “un camino de forma irregular que inicia en el jardín del mismo nombre y termina en las vías del Ferrocarril de Cuernavaca”, aunque antiguamente continuaba hasta la actual Carrillo Puerto.

Aspecto de la calle de Cañitas en Popotla, famosa por sus leyendas e historias acerca de una casa donde espantan y donde se han presentado crímenes. Colección Carlos Villasana.
Aspecto de la calle de Cañitas en Popotla, famosa por sus leyendas e historias acerca de una casa donde espantan y donde se han presentado crímenes. Colección Carlos Villasana.

De acuerdo con Rodrigo, en notas periodísticas del porfiriato se decía que Cañitas fue parte importante de este rumbo. Se menciona que era una vía muy transitada para ir de Popotla a Santa Julia, hoy colonia Anáhuac.

Más recientemente, el libro Cañitas, publicado en 1995, tuvo bastante impacto en la cultura popular de la ciudad y se ha convertido en una referencia; es muy curioso porque en el gran imaginario urbano, el nombre de la calle ya está asociado a ese relato.

De ahí en adelante ha tenido reediciones y además la película, que se estrenó en el 2007. Según la narración, los sucesos paranormales empezaron en la década de los ochenta.

La leyenda dice que al interior de la casa número 51 de la calle Cañitas, un grupo de jóvenes vivió sucesos paranormales -como apariciones, accidentes o muertes- todo después de jugar con la ouija y supuestamente haber contactado a otro que había muerto.

Casa de la calle de Cañitas, en torno a la cual hay varias leyendas de fenómenos paranormales, espíritus y hasta muertes. Foto: Carlos Villasana.
Casa de la calle de Cañitas, en torno a la cual hay varias leyendas de fenómenos paranormales, espíritus y hasta muertes. Foto: Carlos Villasana.

Al ser vecino de la zona, Rodrigo comenta que hace quince años el lugar era muy visitado por gente que había leído el libro y que incluso, podían ingresar a la casa para hacer recorridos:

“En ese tiempo yo estudiaba en la Secundaria 15, que está muy cerca, y había un cierto furor por la historia de Cañitas que siempre despertaba el interés de caminar por ahí y buscar la casa, aunque por una u otra razón mis amigos y yo nunca entramos, y tampoco vivimos ninguna experiencia fuera de lo común. Creo que si entonces hubieran existido las redes sociales habría sido una parada muy popular en Instagram”, considera.

Desde entonces el nombre de “Cañitas” siempre figura en las listas de casas embrujadas que aparecen en las redes sociales, sobre todo en noviembre durante las festividades de Día de Muertos.

Así lucía la casa de Cañitas en 2019, en la colonia Popotla de la CDMX. Foto: Colección Carlos Villasana.
Así lucía la casa de Cañitas en 2019, en la colonia Popotla de la CDMX. Foto: Colección Carlos Villasana.

Al final le preguntamos a Rodrigo su opinión sobre las leyendas o creencias populares y nos contestó que él considera que siempre llaman la atención porque el morbo y la curiosidad son parte de la esencia humana y que a veces se vuelven un elemento de la identidad de los habitantes de una zona, como lo ocurrido con Cañitas:

“Nuestro impulso es ir a buscarlos y vivir la experiencia, aunque sólo sea ver una puerta o una fachada e imaginar”; además, cuando uno visita un lugar que conoció por algún fenómeno mediático, se puede aprovechar el viaje para conocer otras calles, comer un helado, sentarse en un parque, “es la mejor forma de hacer ciudad”.

Parque Cañitas de la colonia Popotla, al noroeste de la capital mexicana. Aquí una feria del libro en 2003, donde el entonces delegado Arné Aus Den Ruteng Haag colocaba libros en el suelo para su lectura. Archivo EL UNIVERSAL.
Parque Cañitas de la colonia Popotla, al noroeste de la capital mexicana. Aquí una feria del libro en 2003, donde el entonces delegado Arné Aus Den Ruteng Haag colocaba libros en el suelo para su lectura. Archivo EL UNIVERSAL.
  • Fuentes:
  • Archivo Hemerográfico EL UNIVERSAL.
  • Entrevistas a Rodrigo Hidalgo, Investigador y periodista con estudios en Lengua y Literaturas Hispánicas y en Ciencias de la Comunicación en la UNAM. Es uno de los fundadores del proyecto "La Ciudad de México en el Tiempo", ha participado en publicaciones, conferencias y exposiciones diversas, dedicadas a la historia de la capital, en espacios como el Palacio de Bellas Artes, la Biblioteca Vasconcelos, el Museo de la Ciudad o el CCU Tlatelolco y en cápsulas de historia de la CDMX transmitidas por canal Once.
  • Bali Wuest, Jaime (Enero de 2011). «Carlos Chávez, conciertos inolvidables». Relatos e historias de México (29)
  • Ramírez Rancaño, Mario (Julio - Diciembre de 2005). «La República castrense de Victoriano Huerta». Estudios de historia moderna y contemporánea de México.
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