Hace unos días, una de las ramas de ISIS reivindicó el atentado terrorista más letal que ha ocurrido en Rusia en muchos años. Como expliqué en , independientemente de cómo las autoridades rusas han elegido encuadrar estos hechos, dado el reconocimiento tanto por parte de Putin como por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso de que los perpetradores eran extremistas islámicos de origen de Asia Central, y dada la actividad contraterrorista del FSB en los últimos meses buscando frustrar los planes de ISIS, he estado recuperando una parte del análisis sobre esa organización que venimos efectuando desde hace años.

En algunos sitios, principalmente en redes sociales, tal y como ocurrió principalmente entre 2016 y 2018, se afirma que ISIS es una creación de Estados Unidos o de Israel, o que esa organización fue financiada por estos países o sus aliados. Comparto unas notas al respecto:

Lo primero es complejizar el análisis pues no es incorrecto el que Washington financió a Al Qaeda en sus orígenes o que una parte del financiamiento de EU durante la guerra siria fue a parar a las manos de ISIS. Aún así, hay que entender que la historia de ISIS no arranca en 2016, ni en 2015 o en 2014 cuando apenas se empezó a hablar de ello en los medios. ISIS es una escisión de la rama de Al Qaeda en Irak. Dicha filial de Al Qaeda en Irak fue establecida precisamente para combatir la intervención estadounidense en ese país. Washington libró una cruenta guerra en su contra y casi logra desaparecerla hacia 2009 y 2010. Y es precisamente en ese “casi” en donde podemos rastrear la transición de AQI hacia el ISIS que hoy conocemos. Pero ISIS no es OTRA organización. El líder de AQI hasta 2012 y 2013 (Al Bagdadi)—quien fue combatido tan ferozmente por EU durante aquellos años—siguió siendo el mismo líder de ISIS, que llevó a esa agrupación a fundar el “califato” una vez que conquista la mitad de Siria y la tercera parte de Irak. Asumir, por tanto, que ISIS “nació” durante la gestión de Obama como si fuese algo completamente nuevo, o como producto de la creación de Washington, equivale, para poner un paralelo, a dejar de comprender las escisiones que ocurren en las organizaciones criminales en México sin revisar la historia completa de esas organizaciones, así como la evolución de los liderazgos, alianzas y rivalidades que tienen.

Por ello, recupero los siguientes apuntes:

1. Podríamos decir que el Estado Islámico de Irak y Siria o Levante (conocido también como ISIS o ISIL por sus siglas en inglés, como Daesh o Da’ash por el acrónimo que forman sus iniciales en árabe, o simplemente como Estado Islámico—el nombre preferido por esta organización)—es en realidad el producto de una serie de circunstancias y factores históricos y coyunturales. En este texto no se busca abordar a profundidad la historia de esta organización, pero sí es importante destacar, al menos, algunos elementos sin los cuales sería imposible comprender la génesis del grupo tal y como al momento de este escrito es conocido.

2. Se puede rastrear el origen del “Estado Islámico” al año 2000, cuando el jordano Abu Musab al-Zarqawi estableció un campamento de combatientes extranjeros de procedencia árabe en Herat, Afganistán (Tønnessen, 2015). Años después, ya en Irak, aquel grupo fundado por Zarqawi sería el componente dominante de la filial iraquí de Al Qaeda o AQI, una organización islámica de denominación sunita que funcionaba como paraguas aglutinando en torno suyo a diversos grupos islámicos que operaban en ese país. Es solo a partir del 2006 que empezamos a leer acerca de uno de esos grupos, el llamado Estado Islámico de Irak o ISI, por sus siglas en inglés (Harmony Project, 2007), en referencia a dicha agrupación fundada por Zarqawi. AQI libró una cruenta lucha en contra de la ocupación estadounidense en aquel país (además de que perpetró un gran número de atentados terroristas, principalmente en contra de musulmanes de denominación chiíta) hasta el 2011, cuando esta organización había sido casi completamente abatida (Michael, 2016).

3. AQI fue comandada por Al Zarqawi hasta el 2006, cuando ese líder murió en un ataque estadounidense. En los años que siguieron, muchos veteranos del grupo también perdieron la vida a raíz de la guerra con Washington, y alrededor del 2010, esos veteranos tuvieron que ser sustituidos por una nueva generación de líderes dentro de los cuales permanecieron solo unos cuantos miembros de la vieja guardia de AQI. Es ese el punto en el que comienza a aparecer dentro del liderazgo de la organización un sector de antiguos oficiales iraquíes, exmiembros del antiguo partido Baath, quienes habían sido retirados de sus posiciones cuando el ejército iraquí fue desmantelado en 2003 (Tønnessen, 2015).

4. Muy mermada por su lucha contra Washington, a partir del 2012, AQI encuentra una oportunidad para recuperar fuerza en la guerra civil que estaba teniendo lugar en el país vecino de Siria. Desde entonces empezamos a observar cómo algunos portales de noticias, además de hablar del Frente Al Nusra como una filial de Al Qaeda en Siria, y que estaba compuesta principalmente por combatientes sirios, narraban la llegada o penetración de jihadistas procedentes principalmente de Irak y de algunos países del norte de África a esta guerra civil (Sanger, 2012; Schem, 2012).

5. El nombre propiamente de ISIS o ISIL—el cual añadía una S o L al antiguo ISI, en referencia al Estado Islámico de Irak y Siria o Levante—no comienza a aparecer en los medios sino hasta que en 2013 se empieza a gestar el distanciamiento y posterior ruptura entre Abu Bakr Al Bagdadi, entonces líder de AQI y Al Zawahiri, sucesor de Bin Laden y líder de la rama matriz o central de Al Qaeda en Pakistán. (vgr. Barnard y Schmitt, 2013). Incluso ya entrado el 2014, el grupo sigue siendo denominando como Al Qaeda en Irak o como “jihadistas ligados a Al Qaeda” (ver, por ejemplo, AFP, 2014; AP 2014).

6. Por eso, hay un antes y un después en la génesis de la organización que hoy conocemos como ISIS. El punto de inflexión es el establecimiento de un “Califato” en junio del 2014, circunstancia que no puede entenderse sin la guerra civil siria y las subsecuentes ofensivas de ese año en Irak en las que esta organización toma posesión de importantes porciones de la provincia de Anbar en aquel país, así como las ciudades de Tikrit y Mosul.

En otras palabras, el ISIS que hoy conocemos, es el resultado combinado de:

a. Los remanentes de la rama de Al Qaeda en Irak (AQI), organización que nunca fue derrotada del todo.

b. La alianza de lo que quedaba de esta organización, con exfuncionarios y exmilitares iraquíes del partido Baath de tiempos de Saddam Hussein.

c. Las circunstancias de inestabilidad y conflicto que prevalecían en Siria a partir del 2011.

d. La ruptura política entre AQI y la matriz de Al Qaeda ubicada en Pakistán.

e. La puesta en marcha de las estrategias primigenias de Zarqawi a través del establecimiento formal de un “Califato” o “Estado Islámico”,

f. La capacidad de esa organización para posicionarse como una alternativa distinta y viable para el jihadismo global tanto ideológica (Michael, 2016) como materialmente y, por tanto, su eficacia en competir contra Al Qaeda, su organización madre, y, como consecuencia de ello,

g. El influjo de decenas de miles de combatientes de diversas partes del mundo quienes deciden sumarse a su causa.

7. Las diferencias entre ISIS y Al Qaeda sí existen. Sin embargo, en algunos espacios, quizás han tendido a sobre-exagerarse. Podríamos rastrear dichas diferencias hasta Abu Musab al Zarqawi, quien como se indica arriba, es considerado el padre ideológico de ISIS. Sabemos que él y Bin Laden no pensaban de manera idéntica en cuanto a cómo alcanzar la meta final de la jihad, la cual era el establecimiento de un califato global que aglutinara a toda la Umma o comunidad islámica en el planeta (Bar y Minzili, 2006). Bin Laden pensaba que tomar posesión de territorios y fundar el califato en esos territorios no solo era un camino lento, sino contraproducente, porque atraía a los ejércitos occidentales y les ofrecía blancos abiertos que, en un momento dado, podrían ser atacados por esas potencias. Bin Laden pensaba que la única manera de lograr las metas jihadistas era expulsar a Estados Unidos y a todos sus aliados de los países musulmanes, y posteriormente luchar contra los gobiernos locales que no se sometieran a la jihad, y solo entonces fundar y expandir el califato. El primer paso, entonces, era atacar a Occidente. Zarqawi en cambio, concebía una lucha más local, dirigida contra los gobiernos de los países musulmanes, gracias a la cual, poder primero establecer y luego expandir el califato deseado por todo el movimiento jihadista (Kazimi, 2005).

8. A pesar de esas diferencias, sin embargo, Zarqawi decidió unirse plenamente a Al Qaeda, someterse al mando de Bin Laden con quien estuvo lado a lado en Afganistán, y cuya autoridad acató hasta el final (Kazimi, 2005). Hoy ni Zarqawi ni Bin Laden se encuentran vivos. Posiblemente de estarlo, no conoceríamos al ISIS que actualmente conocemos; quizás es válido pensar, como algunos sospechamos, que esos dos líderes hubieran podido resolver las disputas que emergieron tras la guerra civil siria del 2011, aunque es imposible saberlo.

9. La ruptura llega entre 2013 y 2014. Una vez que AQI penetra la guerra civil siria, el líder de esa organización, Bagdadi, decreta su fusión con el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria. El líder de Al Nusra, Golani, desconoce la fusión. Al Zawahiri, el dirigente de la red de Al Qaeda, desde la matriz en Pakistán, declara la fusión como ilegal y ordena a AQI regresar a Irak. Bagdadi, decide desconocer la autoridad de Zawahiri, y éste le expulsa de la red a él y a toda su agrupación (Michael, 2016). Poco tiempo después, reclamando que él es el verdadero sucesor de Bin-Laden, Bagdadi se autoproclama Califa del “Estado” que él mismo funda en los territorios que ese grupo había conquistado dentro de Siria e Irak. En otras palabras, como afirma Schweitzer (2016), el divorcio y pleito entre ISIS y su madre, Al Qaeda, es mucho más motivado por cuestiones políticas que ideológicas.

El origen de las ideas del financiamiento de EU a ISIS

1. EU contribuyó al armamento y financiamiento de los combatientes o “mujaheedines” de Al Qaeda durante su fase de lucha en contra de la Unión Soviética (años 80). Asumiendo entonces que Al Qaeda es el origen de su filial en Irak (y por tanto, de su posterior escisión que conocemos como ISIS), es posible afirmar que a EU le sucedió algo que le ha pasado varias veces en la historia: su intervención en conflictos diversos armando o financiando agrupaciones termina resultando en Frankensteins que se le salen de las manos.

2. Dicho eso, tras los ataques terroristas de Al Qaeda durante los años 90, esa agrupación se vuelve una de las mayores obsesiones del contraterrorismo estadounidense, y mucho más tras los atentados terroristas del 2001 y tras las intervenciones militares de EU en Afganistán y en Irak. La guerra que se libra entre Washington y Al Qaeda es real, y tiene un enorme costo en vidas estadounidenses y en presupuesto, como es ampliamente conocido. Esta lucha que se libra desde Clinton hasta Bush continúa con Obama, logrando, como dije, en sus primeros años (2009-2010), una enorme eficacia.

3. Lo que pasa es que luego llega la guerra siria (2011), con una enorme complejidad que no relataré en el texto de hoy. EU y sus aliados deciden primero financiar y posteriormente armar a la rebelión contra Assad. Y sucede que varios de los grupos rebeldes contra Assad eran milicias islámicas, algunas de las cuales se adhieren inicialmente a la red de Al Qaeda, y posteriormente a la red de ISIS. Por tanto, como Washington lo fue descubriendo, una buena parte de su financiamiento y armamento terminó justamente en las manos de ISIS.

4. Dicho eso, de nuevo, el combate de EU y sus aliados contra ISIS en los años siguientes es real. Washington lidera las operaciones que terminan arrebatando a ISIS la parte de Irak y una parte de Siria que esa agrupación había conquistado (la otra alianza que combatió a ISIS fue la de Siria-Rusia-Irán). Más aún, Washington sigue persiguiendo a ISIS en esos años en los que elimina a Bagdadi y a varios de los líderes que le sucedieron.

No es el objeto de este texto abordar más de lo que estoy compartiendo, en entregas posteriores seguiremos comentando.

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