Carlitos Alcaraz y Jannik Sinner se confirman como las grandes figuras con sus muy propios talentos y sus diferentes personalidades. Los encuentros entre ellos están llenos de talento, de emocionantes estrategias, con excelentes ejecuciones. Carlitos y Jannik están detrás de Novak Djokovic, quien empieza a disminuir su intensidad pareciendo estar únicamente concentrado en los torneos de Grand Slam.
Ha sido muy largo el dominio de Novak Djokovic, Roger Federer, de Rafa Nadal y sus grandes duelos están escritos entre los memorables anales de este deporte. Hoy Alcaraz y Sinner están emocionando a la multitud de aficionados alrededor del mundo sin importar los resultados de sus enfrentamientos con un gran talento, deseo de triunfo, por su deseo de apoderarse de la posición de honor, de consolidar una identidad que han logrado con creces a su corta edad y de encarar el futuro con personalidad y arrojo.
Indian Wells, el primer torneo ATP1000 de 2024 llegó con Sinner invicto en lo que va del año, y Alcaraz con ciertas dudas por su performance en los últimos tres meses. Su encuentro tenía varias situaciones y expectación por ver a los dos mejores tenistas del momento enfrentarse para ver, disfrutar, analizar a dos jugadores que están cambiando la atmosfera del tenis mundial. Alcaraz mostró su habilidad con base en un juego mental con ejecuciones precisas venciendo en las semifinales a un Sinner que parecía imbatible.
Dos amigos que se conocen bien y se respetan como adversarios, que saben lo que está en juego, que están excelentemente preparados, tanto en el plano emocional, en lo físico y en lo psicológico. Ambos están muy bien asesorados por lo que las batallas las libran en la cancha, también las libran en la banca con sus equipos de asesores y entrenadores. Que las estrategias se notan, que los picos de concentración de Carlitos y de Jannik alcanzan alturas insospechadas, que parecen infalibles en momentos, que golpean cada pelota con enorme dosis de talento teniendo la habilidad y destreza de hacer lucir este tenis moderno como una obra plástica llena de arte con enorme dosis de emoción.
El inobjetable talento de Djokovic —dejando a un lado su incapacidad de reconocer cuando pierde—, se ve desplazado por dos nuevos titanes, uno español y el otro italiano, con frescura, técnica, talento y personalidad engrandeciendo una nueva rivalidad deportiva a través de Carlitos y Jannik.
