En las últimas semanas hemos visto cómo el gobierno ha decidido cancelar las NOMs (Normas Oficiales Mexicanas). Estas representan las indicaciones básicas y obligatorias para tratar cada enfermedad en nuestro país, como la diabetes y el cáncer. Esta decisión es muy preocupante para México, ya que, además de la escasez de medicinas que, aparentemente ha llevado a esta cancelación de las NOMs, la realidad es que también tenemos muchos desafíos estructurales en nuestro sistema de salud. Además, en un mundo cada vez más globalizado, el cuidado de la salud es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad. Con una población que supera los 130 millones de habitantes, enfrentamos retos monumentales en este aspecto. Para comprender mejor las dimensiones de estos desafíos, conviene evaluar dónde estamos, qué necesitamos cambiar y buscar ejemplos de éxito tanto en nuestro país como fuera de él.

Primero, examinemos las cuestiones clave que desafían a nuestro sistema de salud. Un aspecto crítico es la inequidad en el acceso a la atención médica. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 (ENSANUT), el 20% de la población mexicana no tiene acceso a servicios de salud. Esto es aún más agravante cuando se considera que en países como Canadá y Suecia, casi todos los ciudadanos tienen acceso a servicios de salud de calidad. Otro problema es la falta de infraestructura y personal médico; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), México tiene 2.4 médicos y 2.6 enfermeras por cada 1,000 habitantes, muy por debajo de la media de la OCDE de 3.5 y 8.8 respectivamente. Aunque México ha logrado avances significativos, las tasas de mortalidad materna y neonatal siguen siendo altas en comparación con otros países de la OCDE; según datos del Banco Mundial, en 2019 la tasa de mortalidad materna en México fue de 33 muertes por 100,000 nacidos vivos, cifra significativamente más alta que el promedio de la OCDE de 12. En términos de mortalidad neonatal, la tasa fue de 7.7 por 1,000 nacimientos vivos, en contraste con el promedio de la OCDE de 3. De igual forma, de acuerdo con cifras de la OMS, en México, alrededor del 71% de las muertes son causadas por enfermedades no transmisibles, incluyendo la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas. Esto evidencia una carencia en la prevención, diagnóstico temprano y manejo adecuado de estas enfermedades. Finalmente, México tiene la segunda mayor tasa de obesidad después de Estados Unidos, y la diabetes es la principal causa de muerte.

A pesar de estos desafíos, hay ejemplos claros de que es posible construir un sistema de salud de calidad. Países como Costa Rica y Uruguay, a pesar de tener recursos limitados, han logrado construir sistemas de salud robustos y accesibles. ¿Cómo lo han hecho? A través de un fuerte compromiso político con la salud como un derecho humano, la inversión en atención primaria y la prevención de enfermedades, y la formación y retención de personal de salud calificado. Inclusive, en nuestro país hemos visto cómo organizaciones de salud privada como Salud Digna han crecido de manera extraordinaria, gracias a que dan un servicio de gran calidad a bajo costo. Quizá por ejemplos como éste, en la última ENSANUT del 2022, publicada la semana pasada, 49% de la población prefiere atenderse en instituciones de salud privada sobre instituciones de salud pública.

México tiene la oportunidad de aprender de éxitos internacionales y de ejemplos nacionales como el de Salud Digna. Para ello, debemos comprometernos a abordar las desigualdades en la atención de salud, invertir en nuestra infraestructura de salud y personal médico, y poner un mayor énfasis en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas. Este cambio no ocurrirá de la noche a la mañana. Requiere un compromiso sostenido de nuestros líderes y de la sociedad en su conjunto. Pero si tomamos en serio estos desafíos, podemos mejorar la salud y el bienestar de todos los mexicanos, no solo en la actualidad, sino también para las generaciones futuras. En última instancia, la salud es una inversión, no un costo. Es hora de que actuemos en consecuencia.

Presidente del Comité de Difusión de la Coparmex . @LuisEDuran2

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