El Consejo General del Instituto nacional Electoral, en uso de sus facultades legales, tomó la decisión de ratificar al Secretario Ejecutivo de ese organismo por un nuevo periodo. Esto a fin de dar continuidad a los trabajos del instituto y garantizar su autonomía frente a una serie de embates que ha venido enfrentando y que buscan vulnerarla, que van desde iniciativas de reformas presentadas por Morena para debilitar y adelgazar al instituto hasta infiltraciones para controlarlo políticamente, el intento de asfixia presupuestal y un asedio y golpeteo constante orquestado desde el interior del gobierno federal y encabezado por el Presidente de la República en las mañaneras.

Primero, Edmundo Jacobo, quien fue ratificado como secretario ejecutivo, tiene una notable trayectoria, amplio conocimiento de la materia electoral y ha hecho un muy buen trabajo al interior de la institución. Entre otras cosas, jugó un papel fundamental en la organización de las elecciones del 2018 que salieron impecables y en las que por cierto se reconoció sin regateo el triunfo de Andrés Manuel. Los que hoy critican al organismo, tal cual está conformado, son quienes en 2018 aplaudieron su actuación. Pareciera que ya se les olvidó.

El nombramiento del secretario ejecutivo busca inyectar certidumbre y confianza a una serie de procesos que están en curso, como el de la constitución de nuevos partidos políticos y el inminente proceso electoral de 2021, en un momento en que la institución demanda profesionalismo, autonomía y entrega . Lo que hizo el Consejo General del INE fue un acto de responsabilidad y defensa de la autonomía de la institución que sólo puede ser cuestionado por quienes quieren acabar con ella y tomar el control del organismo desde el Ejecutivo Federal como lo han hecho con otras instituciones autónomas como la CNDH y ven en este nombramiento un obstáculo en su intento de captura.

La injerencia del ejecutivo federal queda clara cuando uno lee el mensaje de la propia Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval en redes sociales dirigido a Lorenzo Cordova, presidente del instituto, con el hastag “NoesdeDemócratas”, inmiscuyéndose en la vida de un organismo autónomo. Este tuit y los ataques constantes de los voceros de la 4T que carecen de argumentos y acuden a descalificaciones vacuas, sólo confirma que desde el ejecutivo hay una operación orquestada de asalto al INE.

Habrá que tener el ojo puesto en el proceso de designación de los cuatro nuevos consejeros electorales que inicia con la publicación de la convocatoria en este mismo mes por parte de la Cámara de Diputados y concluye en abril próximo y evitar, mediante un escrupuloso proceso de observación ciudadana, que Morena haga nombramientos a modo. En una designación de esta relevancia se debieran privilegiar los consensos y los perfiles, no el mayoriteo, pero el modo de actuar de Morena en el nombramiento de titulares e integrantes de otros organismos autónomos, genera dudas justificadas de que esto vaya a suceder y ello viene a confirmar la importancia de la decisión del Consejo General de ratificar al secretario ejecutivo en estos momentos, antes de que se de el nombramiento de los cuatro nuevos consejeros que muy probablemente sean impuestos por Morena.

Andrés Manuel quiere acabar con el INE que generó las condiciones para una contienda equitativa y con certeza en el 2018 y que calificó la elección que lo llevó a la presidencia de la República. Con el control del INE quiere garantizar un triunfo en el 2021 que quizá no le den los ciudadanos en las urnas. El Consejo general del INE hace bien en salvaguardar la autonomía de la institución pues ésta es uno de los principales pilares de nuestra democracia y ello pasa por no ceder a estos intentos de captura.

Habría que pedirle también al señor presidente de la República que saque las manos del Instituto y permita que éste continúe siendo un organismo autónomo que da certeza a todos los mexicanos sobre nuestros procesos electorales.

Abogada y exdiputada

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