El pasado jueves 13 de agosto, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió un nuevo recorte a la tasa de interés objetivo. En esta ocasión del orden de 50 puntos base para ubicarse en 4.5%. Esta fue la décima decisión consecutiva en la que, en los últimos 12 meses, ya acumula diminuciones que suman 375 puntos base.

Recordemos que el objetivo de Banxico es mantener la inflación en 3% con una banda de un punto porcentual. La medida pretende, además del control de la inflación, la descompresión de la economía para promover su recuperación.

La medida fue recibida por los actores económicos sin sobresaltos; observamos que el tipo de cambio se redujo ligeramente en los mercados financieros, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) se mantuvo en los mismos niveles. La decisión se fundamentó en el margen que hay con la tasa de interés en Estados Unidos, una inflación contralada y con ello una tasa de interés real positiva y competitiva, aun cuando a este respecto Banxico identifica algunos riesgos asociados a la depreciación del tipo de cambio, a la inflación subyacente y al aza de costos por problemas logísticos y de suministro de algunos bienes y servicios.

En principio, la expectativa es que este movimiento disminuya las tasas de interés comerciales, derivando en mayores y mejores posibilidades para el consumo de los hogares y para el acceso a créditos de bienes duraderos, como los hipotecarios o los automotrices, y por supuesto para las empresas.

A pesar del esfuerzo responsable del Banco de México por contribuir a la recuperación de la economía, en Consultores Internacionales, S.C. consideramos que en este caso poco será el efecto y que la recuperación dependerá más de la confianza y las expectativas de diferentes actores económicos.

El primero de ellos, el sistema financiero, y nos referimos principalmente a los bancos comerciales que dependerán de la capacidad que tengan para colocar créditos en el mercado y asegurar la cobranza. Hace un par de semanas en Consultores Internacionales, S.C. ya preveíamos un posible aumento en la cartera vencida en el corto plazo, principalmente debido al bajo crecimiento económico, a la pérdida de empleos y a la incapacidad de atender a las obligaciones por parte de hogares y empresas.

Por otro lado, los empresarios. Es innegable que la actividad económica en buena medida obedece a las expectativas del sector empresarial. Al respecto, la buena noticia es que hacia julio ya se observó un ligero avance en los indicadores de la industria manufacturera, de la construcción, del comercio y del sector servicios, principalmente asociado a la reapertura económica y la posibilidad de volver a la producción. Si lo anterior se materializa en una mayor actividad económica, menores tasas de interés podrían permitir una mayor demanda de créditos incluso cuando las garantías sean mayores y más estrictas.

En tercer lugar, los consumidores. Durante abril y mayo, las caídas en el consumo de los hogares a tasa anual fueron de -22% y -24%. No obstante, esperamos que en los meses siguientes estemos viendo caídas menos profundas.

Es difícil tener una estimación clara del impacto de esta disminución del tipo de interés en variables como el consumo, el ahorro o la inversión. En el panel de control de los actores económicos están muchas otras variables, como el tipo de cambio, los rendimientos de los mercados internacionales de renta fija y variable y los niveles de riesgo entre otras.

Estimamos que en México será difícil tener nuevos movimientos a la baja en el resto del año, ya que la holgura disponible se ha agotado. No sólo por riesgo de una mayor inflación y con ello de llegar a tasas reales negativas, sino por el riesgo latente de nuevas disminuciones en la calificación crediticia, asociadas a la fragilidad estructural de la economía, al cuestionable manejo de la pandemia y al deterioro de las finanzas públicas observado en los últimos meses.

Aun así, lo que podemos considerar es que Banxico ya hizo su contribución, desde su campo de acción y con las herramientas que tiene disponibles. Falta un acompañamiento sólido en cuanto a incentivos fiscales y económicos para las empresas principalmente, que lamentablemente no tiene hora para llegar.

*Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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