Por lo que nos muestra YouTube, las bandas tipo Magneto y Mercurio, que vivieron sus mejores momentos en el pasado, se han apoderado de la Arena Ciudad de México en extrañas combinaciones de integrantes y tours impensables para volver a poner de moda sus viejos y millonarios hits, y así poder llevarse un poco más de dinero a la tumba, de donde muchos de sus fans pensaban no habían salido. Pero el dinero llama al dinero, por lo que su actividad parece que no tiene dónde acabar, excepto en los panteones vacíos,  de los que algunos de sus integrantes ya no debían salir.

Al carro lleno se subieron en su momento Benny, Parchis, Chamos, Menudo, Erik Rubín, Aleks Syntek, Calo, OV7 y La Banda Timbiriche, para ejecutar pop casi infantil, donde atrás estaba el maquiavélico poder de Luis de Llano, luego de que perdiera bajo su cama las cintas extraviadas de Avándaro. A las Flans no les fue tan mal, versionadas hasta por los Tacubos; aunque la verdadera estrella del género siempre ha sido Fey, en su transición de niña a mujer. Basta ver sus bien cuidados tours con músicos de primera y guapas coristas de buen ver, en conciertos profesionales como el de Primera Fila en Vivo.

Claro que al público que le tocó a esta generación de artistas chicle-bomba es fiel hasta las cachas y aguanta todo, desde los conciertos sabatinos de Radio Chopo, hasta grandes demostraciones de metal, pop-pro, progresivo, por los que hay que abonar precios de escándalo en el Palacio de los Deportes o el Foro Sol, o sitios más modestos, en donde nadie amenaza con pistolas o cuchillos. Como todo es un negocio aparte de los discos, videos y el merchandise oficial, tributos y demás, todos reclaman parte del moche, desde los seis miembros originales de la bandita Timbiriche, hasta los nuevos integrantes rotados en diferentes formaciones que sumaban 14 cantarines y bailarines, de donde se desmarcaron muy a tiempo Thalía, Biby Gaytán y Edith Márquez, entre otros que mejor decidieron permanecer en el anonimato, que seguir bajo el yugo del televiso, Luis de Llano.

Los reencuentros y aniversarios no sólo de ellos, sino de los integrantes movibles de otros grupos, siempre han sido moneda corriente y asociaciones delictuosas con tal de ser perpetuados ahora que rondan los 50 y más, en que se han encargado de recordar a su público que, aunque ya muy talluditos, todavía pueden sacar chispas y, si hay gasolina, quién sabe qué más.

Como muro de contención al pasado nostálgico y con la ayuda de la disquera BMG Ariola, Sabo Romo, quien fuera bajista de Caifanes, inventó el concepto repetitivo de Rock en tu dioma, en diversas variantes que sacó del anonimato a músicos y grupos de ese movimiento a punto del olvido. No se trató de una jugada de revanchismo musical, sino de reflexionar sobre la posibilidad de sacar un buen dinero, como las boys bands mexicanas. Para ello se unieron varios sellos discográficos más para propagar al rock en español. Muchos argentinos, españoles, venezolanos y chilenos entraron al mismo saco, apoyados en un principio por estaciones radiales mexicanas, discos concepto y miembros originales de grupos como Neón, Rostros Ocultos, Ritmo Peligroso y otros más, cuyas historias bajo el membrete de Rock en Tu Idioma quedarán para otra próxima columna.

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