Transitamos por la recta final del gobierno que nos ha transformado, que ha avispado al pueblo, despertándolo de su letargo, luego de 36 años de un oscuro periodo de gobiernos neoliberales, neoporfiristas, en que no hubo una sola reforma constitucional a favor del pueblo, de la justicia, en que prevalecieron leyes facciosas en beneficio de unos cuantos, en que se oficializó el despojo, en que el marco legal se ajustó a favor de los particulares, de una minoría que aunque son millones, hoy está muy enojada porque ya no puede seguir robando, un grupo que se creía dueño de México, reaccionarios, corruptos, clasistas y racistas, que repugnan al pueblo, que lo quieren ver sometido. Y es que “el pueblo se cansa de tanta pinche tranza”.

El presidente de México, fundador y líder moral del partido en el poder, se ufana de estar allí por el pueblo: “El pueblo me sostiene, me fortalece, me defiende, me agradece, me tiene, y yo, yo también lo tengo. Nosotros, nuestro movimiento perdurará, toco madera de que el conservadurismo pueda retornar al poder… el próximo gobierno va a estar mejor, porque ya se sentaron las bases de la transformación y este movimiento lo echaron a andar millones de mexicanos, no voy a dejar de agradecer a todos los que se sumaron desde el inicio…No hay nada que temer, vamos a seguir avanzando, no nos preocupemos por las campañas mediáticas, ya no tienen efecto. Estamos muy arriba, tenemos el respaldo de la mayoría…No deben de culparnos a “nosotros” de sus fracasos… Bueno, de las elecciones no puedo hablar porque me cepillan, me mantengo al margen, no intervengo, no opino”. Que bueno que no interviene, que no opina, ¿qué tal si lo hiciera? A propósito, ¿a quiénes se refiere el Ejecutivo al decir  “nosotros”? ¿Acaso el Presidente compite en la próxima elección?

Por supuesto, el Presidente está presente y lo estará a lo largo del proceso electoral, sin mayores consecuencias ni sanciones. Es más, el presidente reconoce haber aprovechado la coyuntura electoral para presentar sus 20 iniciativas de reforma constitucional, más allá de elegir candidato, partido o coalición, “una elección es también para definir un proyecto de nación”. Obviamente la candidata de Morena hace suyas las iniciativas presidenciales.

El Ejecutivo reconoce que sus adversarios y a la vez de su movimiento, “los derechosos, los conservas” suman entre 20 y 25 millones -según sus otros datos-, lo que no es poca cosa. Pregunto: ¿No hubiese sido preferible atraerlos hacia la causa, en base al convencimiento, sin amarrar navajas, en vez de repudiarlos con el “no somos iguales”? El ánimo de confrontación ya provocó que miles de ciudadanos  se hayan manifestado en dos marchas anteriores a nivel nacional, contra  las reformas electorales propuestas por el Ejecutivo, principalmente en defensa del INE, Trife, Suprema Corte, demás órganos impartidores de justicia, organismos autónomos y fideicomisos extinguidos.

Pasado mañana, domingo 18, se realizará la “Marcha Nacional por Nuestra Democracia” pugnando por la exclusión presidencial en los próximos comicios y en las instituciones que éste pretende eliminar mediante el paquete de reformas constitucionales presentadas.

Si de verdad se quiere quedar bien con la Constitución: Presidente, “manos fuera”.

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