En México se triplica el gasto social respecto al sexenio anterior con iguales resultados. No se impacta la pobreza y las transferencias no llegan a quienes más lo necesitan. En este momento, el manejo discrecional de los recursos presenta un peligroso sesgo electoral.

La inversión destinada a programas sociales empleados para educación, vivienda, salud y otros servicios, en México aumentó 30% en el último quinquenio, pero paradójicamente en ese mismo periodo aumentó la pobreza en el país.

Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 46.8 millones de personas viven en pobreza en México, lo que equivale al 36.3% de la población total. Aunque disminuyeron 5.1 millones personas en esta situación, al mismo tiempo aumentaron 400 mil personas que viven en pobreza extrema.

Actualmente existen 121 programas sociales y nueve de ellos se considerados prioritarios, como la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores que se triplicó en términos reales entre 2018 y 2023 según el documento de Criterios Generales de Política Económica.

El Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez también incrementó su presupuesto 10%. Registró un gasto aprobado de 31,733.1 millones de pesos en 2019 y de 34,922.1 millones de pesos en 2023.

Las Universidades del Bienestar, también subieron su inversión al pasar de 1,230 millones de pesos en 2019 a 1,476 millones de pesos en 2023. Después se ubica el programa de Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez, con un gasto de 21,270 millones de pesos a 37,554 millones de pesos en el mismo periodo.

En tanto, a Jóvenes Construyendo el Futuro se le aprobó un gasto de 5,317 millones de pesos en 2019, y en 2023, 23,090 millones de pesos, es decir, cuatro veces más dinero en cinco años.

Para Sembrando Vida se duplicó el presupuesto. En 2019 se aprobaron 18,463 millones de pesos en 2019, y en 2023 acumuló un presupuesto aprobado de 37,136 millones de pesos.

Jóvenes Escribiendo el Futuro creció de 9,195 millones de pesos en 2020 a 11,162 millones de pesos en 2023. Y el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras pasó de 2,413 mdp en 2019 a 2,926 mdp en 2023.

Y habrá más dinero en 2024. El próximo año, el ramo Bienestar tendrá 26% más recursos que en 2023, en términos reales, con un presupuesto de 543,933 mdp.

Sin embargo,  la pobreza extrema creció abruptamente, al pasar de 8.7 a 9.1 millones de personas. Esto evidencia que menos personas en los niveles de mayor pobreza acceden a los programas sociales.

En 2018, las transferencias monetarias entregadas a través de programas sociales federales representaron 18.7% del total de los ingresos mensuales de las personas más pobres, ubicadas en el primer decil. Sin embargo, en 2020, esta proporción se redujo a 12.5% según el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 del Coneval.

Vale destacar, asimismo, la falta de transparencia en la operación y elección de beneficiarios y su coincidencia con el calendario electoral, donde crecen los apoyos de manera discrecional.

Hoy se gasta casi tres veces más de lo que se gastaba en 2018, cuando el efecto en la pobreza derivado de los programas sociales fue de 1.9 en lugar de 2.7 de 2022. Entonces la diferencia que hacen los programas sociales con su monto de gasto de este gobierno, comparado con el del sexenio anterior es de ocho décimas: 2.7 de 2022 menos 1.9 de 2018, pero se gasta casi tres veces más.

Rector del Colegio Jurista

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