La desaparición de fideicomisos es un símbolo sexenal. Simplemente, en octubre del 2020, se aprobó la eliminación de 109 de ellos después de 17 horas de discusión en la Cámara de Diputados. Sumaban un valor de 68 mil 478 millones de pesos.

La acción deteriora la ya de por si exigua investigación y lesiona grupos trascendentales para el desarrollo como el emprendimiento y acciones que previenen desastres naturales. De manera simultánea, la acción resulta paradójica. El gobierno arguye discrecionalidad y opacidad en el uso de los recursos de fideicomisos. Sin embargo, aún no está claro quién y cómo se manejarán tales recursos para casos tan disimiles entre sí.

No obstante, una actividad muy afectada tras la eliminación de fideicomisos será la investigación. Al limitar los fondos privados para esta actividad, además se lesiona a más de 85 mil estudiantes de posgrado y de especialidades médicas, 35 mil académicos e investigadores, 200 universidades e instituciones de educación superior, 33 centros públicos de investigación y tres institutos de Salud.

En la cuenta pública 2020 se extinguieron 11 de ellos que representaron un reintegro de 3, 972, 901, 545.01 pesos mientras al segundo trimestre de 2021 se eliminaron 28 con un monto de reintegro de 19, 724, 389, 972.7. Estas cifras sólo corresponden a 39 fideicomisos de áreas tan dispares entre sí como Comunicaciones y Transportes, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Educación Pública, Hacienda y Crédito Público, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Oficina de la Presidencia de la República y Relaciones Exteriores.

También se afectaron algunos del Consejo nacional de Ciencia y Tecnología, Energía, Hacienda de Crédito Público, Marina, Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La aprobación de desaparecer los 109 fideicomisos se integra por 65 fondos de investigación, innovación y desarrollo, así como 29 fondos de Centros Públicos de Investigación y 18 fondos de diversos rubros, entre los que sobresale el que promovía el acceso al financiamiento de MiPymes y emprendedores.

Por otra parte, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), el gobierno federal recibió vía ingresos no tributarios en el 2022 un monto superior a los 135 mil 373 millones de pesos provenientes del Fondo de Salud para el Bienestar, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y fideicomisos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt),

La estructura fue 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, 25 mil 400 millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales y 15 mil 900 millones de pesos de los fideicomisos del Conacyt, mientras 43 mil 518 millones de pesos fueron asignados a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por operaciones de financiamiento.

El manejo de estos recursos tiene un uso discrecional y sin aclarar.

Otro problema que debe rescatarse es que la desaparición de los fideicomisos tiene un impacto significativo en la investigación en México. La eliminación de los 109 fondos afecta la cultura, ciencia, atención a víctimas y derechos humanos.

Tales fideicomisos y figuras como mandatos o análogos extintos, son el eje del sistema científico y su desaparición arriesga creación, pensamiento y desarrollo tecnológico del país. La innovación y desarrollo en distintas áreas ahora pende de un hilo muy significativo: recursos para generar investigación y, por ende, oportunidades de crecimiento.

Rector del Colegio Jurista

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