Esta semana la plataforma de streaming Netflix estrenó el documental a propósito de la trayectoria del piloto alemán heptacampeón del mundo, el único autorizado por su familia hasta el momento. El documento nos permite adentrarnos en la intimidad de Michael , tanto en el implacable “káiser” dispuesto a todo en la pista con tal de lograr sus objetivos, como en el hombre de familia.

Personalmente repensar a Michael Schumacher representa encontrar muchas de las respuestas del porqué me gusta tanto el automovilismo deportivo, en especial la Fórmula 1. Cuando empecé a seguir el deporte motor fue a través de mi afición al mítico Ayrton Senna y no tanto por su equipo McLaren , y cuando la curva Tamburello nos privó no sólo de la vida del brasileño sino del grandísimo duelo Senna-Schumacher que se avecinaba, fue que comencé a seguir de cerca al nacido en Hürth-Hermülheim, Alemania en 1969.

Michael fue un genio del pilotaje, súper rápido, maestro bajo lluvia y elevó a nivel táctico la intimidación al rival, tal como lo venía haciendo Ayrton Senna y de lo cual fue víctima el propio Schumacher. El alemán hacía lo necesario para ganar, en donde su nivel de compromiso y exigencia lo hicieron caer en excesos, desde el choque con David Coulthard en 1998 o aquel con Juan Pablo Montoya aplicándole una prueba de frenos en Mónaco 2004 , ganándose para muchos la etiqueta de sucio.

Sin embargo, también supo alimentar, ya en su era en Ferrari , la devoción hacia él a través del compromiso con cada uno de los integrantes de su equipo, desde el personal en pits hasta el de la fábrica, pasando por mecánicos, encargados de aseo o quien preparaba la comida, poniendo atención a cada detalle por mínimo que fuera. Su llegada a la escudería italiana tuvo sus momentos de duda sobre todo en el quinto año de su estancia, donde muchos ya cuestionaban con dureza que “Schumy” fuera el indicado para devolverle la gloria, pero el premio a la paciencia llegó con cinco campeonatos en fila.

Y en esta atención a los detalles incluyo su atención a la prensa, un aspecto que no le encantaba pero entendía e incluso aprovechaba a su favor. En mi caso lo pude constatar con la entrevista que me dio en 2004, gracias a la atención de su gerente de prensa Sabine Kehm. Dicha entrevista fue para una revista local, para nada un medio nacional, pero para Michael no había distinción y daba la atención.

El documental también devela la parte familiar de Michael mostrando que su equilibrio venía precisamente de ese centro que había logrado con su esposa Corina e hijos. Cuántos pilotos llevarían en cualquier época a su novia o esposa a cada carrera, Michael así lo hizo y mucha de su fuerza provenía de tener cerca a quien lo aterrizara y no lo endiosara como sucede con muchos deportistas. Estremecen la palabras de su hijo Mick: “Sacrificaría todo por eso (platicar de nuevo con él y hacerlo sobre automovilismo también)”.

Héroe, villano, hombre récord, historia, 7 campeonatos , un profesional apreciado por sus rivales, todo eso y más ha sido Michael Schumacher para la F1 y los aficionados al deporte motor. Personalmente me quedó con un solo pensamiento: ese piloto con casco rubricado con estrellas abordo de un bólido rojo que nos hizo vibrar más de una vez.

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