Es innegable que el cambio generacional se viene dando en el Gran Circo, donde pilotos como Charles Leclerc, Max Verstappen, Lando Norris o Pierre Gasly han ido consolidado sus posiciones. Sin embargo, desde por lo menos un par de años, la estrella ascendente del inglés ha dado muestras de sobra de su talento, reclamando su lugar en Mercedes, al lado de Lewis Hamilton.

George, un piloto excepcionalmente alto con su 1.85 mts.- es el diamante en bruto de la Fórmula 1, horneado a fuego lento desde su llegada a la máxima categoría en 2018, contratado desde entonces como piloto Mercedes aterrizado en Williams, escudería que pasando por un momento bajo se convirtió de facto en el equipo B de las flechas de plata, encabezado por el mandamás Toto Wolff.

Este tipo de movimientos son parte de la vida misma de la F1, donde prácticamente todas las escuderías grandes juegan con las fichas que tienen cada año tanto en pilotos estelares como en los que forman parte de sus programas de desarrollo; Ferrari lo hace con Alfa Romeo y Haas con Antonio Giovinazzi y Mick Schumacher; Red Bull con Yuki Tsunoda en Alpha Tauri; y Mercedes con Williams, equipo del cual incluso es accionista Toto Wolff.

A George Russell le ha tocado pagar piso con creces en Williams, colero del campeonato, sin un auto digno de su talento. El nacido en Norfolk, Inglaterra es un velocista nato, campeón prácticamente donde se ha parado, pasando por F4, F3 y F2 y para muchos la estancia en Williams iba a ser breve, pero su ascenso a Mercedes ha ido dilatándose por diversos factores. Esto no ha sido impedimento para mostrar su talento, desde sendas calificaciones pasando a Q3 y Q2, hasta sumar los primeros puntos para Williams en el pasado y accidentado Gran Premio de Hungría.

Gracias a estas actuaciones Russell ha ido tocando la puerta de Mercedes (y el escritorio de Wolff) con cada vez más fuerza. Pero el golpe más fuerte de autoridad lo dio este sábado en la calificación del Gran Premio de Bélgica, en una de las pistas más desafiantes del mundo, bajo lluvia, ubicándose en segunda posición sólo detrás del Red Bull de Max Verstappen, y lo que es peor, por delante del que podría ser su potencial compañero, el multicampeón Lewis Hamilton. No podemos olvidar el Gran Premio de Sakhir del año pasado donde sustituyendo al propio Lewis hizo la pole y si no fuera por la pifia de Mercedes habría ganado la carrera de punta a punta, haciendo quedar en ridículo a Valtteri Bottas.

El monarca pareciera tener tomada la decisión de que su coequipero y escudero para 2022 debe seguir siendo Bottas, tal como ha sucedido los últimos años. Es claro que Lewis no quiere al enemigo en el garage de a lado -rivalizando en velocidad y hambre-, y fiel a su estilo declaró apenas terminada la calificación en Bélgica: "Russell está trabajando bien todo el año. Esto no cambia absolutamente nada”. Y de hecho Bottas también comentó que el propio Lewis le comentó que le gustaría que se quedara en el equipo para la próxima temporada”.

¿Qué hará Mercedes para no seguir dilatando el arribo del talento de Russell en el camino de un potencial campeón del mundo? Prácticamente todos sus compañeros de generación están en esa ruta, solo veamos a Leclerc en Ferrari o a Lando Norris en McLaren. Sí el destino de Russell es esperar a que Hamilton se retire, no deja de ser injusto y debería buscar camino por su propia cuenta, esperar por lo menos do’s años más suena a mucho tiempo.

 
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