“La comunidad judía rechaza el uso del término hitleriano para referirse a cualquier persona. Toda comparación con el régimen más sanguinario de la historia es lamentable e inaceptable”.

Y en principio tienen razón. No debemos evocar irresponsablemente a Hitler. Hacerlo en cualquier discusión es desproporcionado y polarizante. AMLO debiera evitarlo en el futuro.

Pero el comunicado del Comité Central de la Comunidad Judía en México es torpe y desmedido por el contexto en el que se da. Porque representa una salida en defensa de una persona – Carlos Alazraki – simplemente por ser un integrante de la comunidad.

¿De eso se trata? ¿De cerrar filas con “los nuestros”, sin importar cual sea su conducta pública?

Quizás Marcos Shabot, Elías Achar y Renée Dayan y los demás que firmaron ese desplegado no se dieron cuenta que, sin que nadie los llamara, salieron a defender a un provocador profesional que vive de propagar discursos de odio, que medra con discursos clasistas, machistas, racistas.

Un sujeto así —y que me perdonen— está a años luz de representar los valores de tolerancia, respeto a las diferencias y no discriminación que la comunidad judía en México siempre ha defendido. Asómense al Museo Memoria y Tolerancia.

La nota tragicómica del asunto es que hace cinco meses el propio Alazraki –que hoy se victimiza– fue quien comparó en una columna al presidente López Obrador con Hitler ( ).

Yo mismo le cuestioné el asunto en una entrevista para mi programa en La Octava y el señor fue incapaz de retractarse un milímetro. Con esa irresponsable frivolidad que lo caracteriza exclamó: “¡Pero si Hitler era un genio!” (Véalo usted mismo: ).

En muchas ocasiones Alazraki ha empleado un lenguaje discriminatorio ofensivo. Le ha llamado “ratas” y “ladrones” a los maestros de la CNTE, “comemierdas” a quienes se movilizaban por Ayotzinapa; “borreguitos” y “creyentes sin cerebro” a los seguidores de Morena.

Incluso se ha referido a Claudia Sheinbaum –otra integrante de la comunidad– con descalificaciones típicamente misóginas como “amargada”, “regenta” y “enferma del cerebro que necesita ir a un psiquiatra”.

Alazraki se ha burlado de la forma de hablar de las comunidades asiáticas ( ) y africanas: en una ocasión le dijo a los diputados que llevan su comida en tupper “parecen una bola de muertos de hambre que viven en Zimbabwe" ( ).

En la conversación que tuvo con Javier Lozano y Beatriz Pagés para Atypical Teve –y que suscitó la crítica del Presidente– afirmaban en una estrategia típica de fake news (como las que él defiende evocando a su admirado Goebbles), que el gobierno está trayéndolos a México para afiliarlos masivamente a Morena. Así buscaban sembrar odio hacia los migrantes y hacia el partido gobernante que tanto desprecian.

Curioso: Al igual que Alazraki, varios comunicadores que hoy condenan las declaraciones del Presidente, también lo han comparado con Hitler. Lo ha hecho Paco Calderón en más de una ocasión ( ; ), aunque hoy se suma al comunicado de la comunidad. Lo hizo también Ricardo Alemán ( ).

En su libro, la dentista Laurie Ann Ximénez-Fybie compara López Gatell con el doctor nazi Josef Mengele, y en Proceso el poeta Javier Sicilia escribió, sin el menor pudor, que López Obrador está “en el espejo de Hitler” ( ).

Nada de esto ha merecido el más mínimo comentario del Comité Central de la Comunidad Judía en México.

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