Cada nación tiene rubros industriales que son pilares de su economía. En México, ante la contracción que ha sufrido el sector petrolero en la última década, el automotriz despuntó con un crecimiento que jaló industrias complementarias como la textil, metalúrgica o del plástico, lo que a su vez sirvió para impulsar economías regionales.

El dinamismo del sector, sin embargo, acumula 28 meses de caída en la venta de autos nuevos nuevos durante los últimos 29 meses. Para las armadoras, el frenón en la adquisición de vehículos por la que atraviesa el mercado mexicano desde hace dos años responde a ciclos de la industria. En 2016 se comercializaron 1.6 millones de autos nuevos en el país, un récord, pero a partir de 2017 las ventas han caído constantemente; este año se estima que se venderán sólo 1.3 millones de unidades.

De acuerdo con el Inegi, en octubre la venta de autos nuevos fue de 107 mil unidades, 9% inferior al mismo mes de 2018 y el peor dato desde 2014. En el futuro inmediato no parece que la situación vaya a mejorar. Por el contrario, se ven nubarrones que podrían colocar al sector en el centro de la tormenta.

En nueve días se vence el plazo de seis meses que dio el presidente estadounidense Donald Trump en mayo cuando amenazó con imponer aranceles de 25% a todos los autos que ingresen para venta en su país. A esto se suma la incertidumbre sobre la ratificación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá.

En lo interno también hay factores que repercuten en el desempeño de la industria. Por un lado, la insistencia de la Cámara de Diputados para que se legalicen millones de vehículos que entraron de contrabando al país y por el otro el estancamiento que vive la economía mexicana.

Ante lo que sucede afuera, es poco lo que México puede hacer, pero hacia adentro los encargados de las decisiones económicas pueden hacer mucho para colaborar en la recuperación del dinamismo del sector.

Después de la adquisición de una casa, la compra de un automóvil es la decisión más importante en una familia, debido a que generalmente implica contratar un crédito. Si se percibe incertidumbre en lo económico, se aplazará la compra.

La industria automotriz da trabajo a más de 800 mil personas de manera directa, casi 50 marcas se encuentran en el mercado mexicano, hay 22 plantas de autos, el país cerró 2018 como el sexto mayor productor de vehículos en el mundo, en los últimos años ha representado alrededor de 3% del PIB nacional y 18% del PIB de manufactura.

Solo por esos datos valdría la pena voltear a ver la situación del sector, que si bien no es mala no debería permitirse que se agrave más.

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