¿Cómo ocultar 2.5 toneladas de marihuana, 20 kilos de cocaína, 50 kilos de precursores químicos, además de armas, cartuchos y un lanzagranadas en la zona centro de la capital del país sin que ninguna autoridad policiaca lo registre? La explicación apunta a que existe una complicidad entre elementos de la policía y grupos criminales.

No sería la primera vez que se revelara un caso de ese tipo, pues el país ha conocido de corporaciones municipales de seguridad al servicio de la delincuencia, pero marcaría un precedente en la policía capitalina.

A raíz del operativo efectuado el martes, cuando se decomisaron drogas, armas y más de un millón de pesos en efectivo, el gobierno de la Ciudad reconoció que hay indicios de que al menos 120 agentes brindaban protección a la llamada Unión Tepito, agrupación señalada de controlar buena parte del narcomenudeo en la capital. Eso explicaría por qué el presunto líder de la organización pudo escapar a pesar del enorme despliegue de elementos. Las investigaciones señalan que fue advertido desde dentro de la corporación policiaca de la Ciudad.

Lo que las autoridades confirmaron hasta ahora es que ese narcotraficante organizaba fiestas para los patrulleros de los tres turnos encargados de la vigilancia en las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, zona de influencia de la Unión Tepito.

A mediados del sexenio pasado se impulsó la profesionalización de las policías en el país. Los estados asumieron el compromiso de capacitarlas, dotarlas de equipo y de aplicarles exámenes de control de confianza. Fue una de las apuestas fuertes en los intentos por mejorar la seguridad en el país. Actualmente es un tema que se menciona poco o nada. ¿Cómo saber si un agente policial llegó a acuerdos con criminales? Las evaluaciones periódicas son indispensables, pero también la dotación de equipo, la capacitación y los salarios dignos.

Mientras los elementos policiacos de todas las agrupaciones del país se encuentren bajo la sombra de la sospecha de colusión con jefes de la delincuencia, la situación de inseguridad no podrá disminuir o erradicarse.

En la capital comienza a desenredarse la madeja de la corrupción policiaca. Si la indagatoria no va a fondo se perderá una oportunidad única para limpiar la corporación y retomar el combate a la delincuencia con resultados claros.

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