El pasado martes el Presidente Biden dio a conocer un ambicioso plan para combatir el tráfico de fentanilo y enfrentar el grave problema de salud pública. Dicho plan contempla los siguientes puntos:
Revisará a las farmacéuticas y a sus miembros; mejorará la coordinación entre agencias de inteligencia y las autoridades estatales y locales que ayudarán a incrementar los esfuerzos del plan; restringirá la ministración de opioides privilegiando otras formas de atacar el dolor; reformará el sistema de justicia penal para que nadie sea encarcelado por el uso de drogas; la administración Biden aumentará sus esfuerzos para evitar la monetización y regular las ganancias de los grupos criminales; se buscará detener el flujo de drogas ilícitas, como el fentanilo y la heroína a su país, principalmente desde México y China; se intensificarán los programas de salud y; se propone mejorar la cooperación con México a fin de parar el tráfico de fentanilo.
Como respuesta a este plan, el gobierno de México acordó la creación de una Comisión intersecretarial y se aceptó la convocatoria por parte de los gobiernos de Canadá y EUA a la celebración de una cumbre del gabinete de seguridad mexicano con sus homólogos de esos países. Dicha Comisión tiene por objeto diseñar y promover acciones de colaboración, intercambio de información, verificación y evaluación de los avances de estas acciones tanto en sede interna como en sede internacional.
Es de celebrarse el entendimiento y la cooperación que seguramente habrá en esta cumbre, pero se debe reconocer que cada nación tiene problemáticas y condiciones diversas que a mi juicio no están debidamente atendidas en los acuerdos que se buscan. La Cumbre responde a las necesidades norteamericanas pero nada se menciona del problema que se genera en nuestro País. El tráfico de personas, armas y fentanilo son algunas de las acciones de la DO que seguramente adecuarán a las condiciones de los mercados, por lo que si no se reduce la demanda nunca se limitará la oferta.
Las investigaciones de fondo que propone Biden, son un avance al involucrar a sus autoridades locales, las cadenas de distribución y la última milla no son consecuencia del tráfico desde México ni son controladas por los cárteles. Estados Unidos debe de atacar localmente sus redes internas de distribución; mientras existan esos canales de menudeo de las drogas sintéticas la delincuencia siempre generará oferta para ese mercado. También sería importante fortalecer las investigaciones conjuntas y el intercambio de información pero en un marco de colaboración y confianza.
Por el lado mexicano es importante destacar que nuestro problema principal no es el fentanilo ni las armas, la Comisión debería crearse para atacar al crimen organizado que pretende controlar territorios y su economía formal. La violencia y en general la crisis de seguridad pública que se vive en México es consecuencia del crimen organizado internacional que se ve propiciado por la posición geográfica de nuestro País, la desigualdad económica, la falta de respeto al Estado de Derecho y la impunidad que impera. La DO debe combatirse aplicando la ley y enjuiciando a los criminales, además de resolver las causas sociológicas que le dieron origen e involucrando a la sociedad. Necesitamos que los norteamericanos cooperen para resolver nuestro problema, aceptando que es un problema en común.