Penélope

Tristeza a fuerza de esperar

Tus ojos parecen brillar

Si un tren silva a lo lejos

Joan Manuel Serrat

I

“Porqué diablos me tenía que topar con un argentino, hubiera sido mejor un ecuatoriano o incluso un boliviano” le reclama a su compañero de ardua labor el español, que confiesa dolorosamente que no tiene valor para hablar con la Madre, después de dejarla en bancarrota, a lo que el porteño solo atina a decir, “Una Mama (sin acento) una Nona, lo perdona todo”. Penélope Cruz acababa de cumplir 18 años la primera vez que la vi en el cine en 1992, realizando un doble debut impresionante lo mismo que impactante con, “JAMON JAMON”, donde obtiene su primera nominación al Goya, interpretando a Silvia y en “Belle Epoque”, cuando todos los mexicanos de mi generación nos enamoramos de la niña Luz, aunque realmente un año antes participó brevemente en el film “EL LABERINTO GRIEGO”. No voy hablar de su larga y galardonada, además de más que exitosa trayectoria, que incluye un premio “OSCAR”, francamente lo que deseo resaltar enfáticamente es su última aportación al cine, que incluye una denuncia social tremenda y en la que para variar esta espléndida, para el escribiente, como una natural del cine, que no actúa, encarna al personaje, deslumbrando con la sublime acción “histriónica”. La denuncia, más que protesta, que sostiene la trama de la última película de Penélope, que por cierto produce, lleva por título “EN LOS MARGENES”, la cinta de la española nacida en Alcobendas un 28 de abril ( de ahí creo viene mi íntima conexión con ella, por ser tauros ambos, yo del 27 del mismo mes ) es de una movilidad constante, con dramas reales, asambleas sin actores, con los afectados de algo que apenas puede vislumbrarse como una tragedia que cuesta vidas, afecta entornos mayores, pero sobre todo encarna muertes, tristes por presiones lamentablemente económicas, migratorias, penosamente burocráticas, pero no por falta de voluntad, terriblemente por desbordamiento, por excesos humanitarios, donde las limitaciones duelen al que se involucrara más con el corazón, que con la capacidad, es sinceramente una producción conmovedora, que no deben perderse, Queridas Amigas, Apreciados Amigos, Admirados Lectores.

II

“Qué estás escribiendo genial Maestro”, me atreví a preguntarle en su maravillosa casa de CUERNAVACA, Morelos en agosto del 2021, cuando celebramos con una espléndida comida, por el alumbramiento de mi tercer libro “Las Doñas, algunos Dones y otros amores”, que generosamente me honró al aceptar realizar el prólogo Don Jorge Zepeda Patterson, quien fuera Director Editorial de nuestra casa El UNIVERSAL, para el escribiente uno de los mejores novelistas, escritores, autores y por supuesto periodistas de nuestro País. La respuesta fue prolongada, aleccionadora, deslumbrante, sobre todo enriquecedora por puntual, por visionaria. Me dijo muy sencillo, amable, tranquilo, hasta humilde como realmente es, me atrevería a decir, a escribir, a describir. “Qué curiosa tu pregunta, pero atinada, acabo de terminar una novela con mi formato tradicional, pero ahora ocurre y transcurre en Los Estados Unidos de Norteamérica, será sobre los temas que tanto te apasionan, Migración, Política, en medio del próximo arranque electoral de la Unión Americana, con el impresentable de Donald TRUMP, como uno de los protagonistas”. Mi respuesta que guardare para otra ocasión, fue de un admirado asombro, solo atinando asegurar, que tendría que estar lista, guardada en un cajón, para ver la luz hacia principios del 2023, como acaba de suceder, puesto que ya están a la venta, sin embargo, seguramente para romper todos los récords de ventas a que nos tiene acostumbrados, el Maestro Zepeda Patterson. Por cierto, el título del libro “EL DILEMA DE PENÉLOPE”, convertido ya en el BEST SELLER, de este primer trimestre del año.

III

No sé si fue por la circunstancia, el tiempo, el lugar, pero puedo afirmar, que las lágrimas derramadas durante prácticamente toda la presentación, fueron por estar tomado de la mano junto a mi amada GEMY. Sucedió el pasado 7 de Diciembre en Madrid en el concierto de despedida, del ahora inmortal ( igual que don Mario Vargas Llosa, del cual ya platicaremos ) Joan Manuel Serrat. Evidentemente fue una velada memorable, incluida la cena en el TEN CON TEN. Cuando se decantó con sus mejores interpretaciones y composiciones desde el arranque con “Esas pequeñas cosas”, siguiendo con “Tio Alberto”, que invariablemente me recuerda a mi Tío Luis, más que a mi Tío Richard y ahora a mi tío Carlos, pasando por “La Fiesta” al igual que “Cambalache”, concluyendo invariablemente con “Caminante”. Pero lo mejor de toda la noche resultó la magistral interpretación de “Penélope” cuando la emoción se desbordó totalmente, para la eternidad.

Hasta siempre, buen fin.

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