En el desarrollo de los tres poderes en el Estado mexicano: -federal, estatal y municipal-, este último, es el que menos ha cambiado su estructura democrática, a pesar de ser el poder público al que se le exigen las necesidades más básicas por parte de la ciudadanía en todo el país. Su sistema de operación decimonónico debe reformarse para adquirir una identidad social.
A pesar de ello, su estructura democrática obsoleta sigue funcionando. Sin embargo, en la actualidad, las condiciones para garantizar un gobierno democrático y la participación ciudadana exigen que el municipio se modernice y se le otorgue la importancia social que se le demanda.
Los ayuntamientos en México son las instituciones que se enfrentan a la vida cotidiana de todos sus habitantes. Su estructura está compuesta por un presidente o presidenta, regidores y un síndico.
El presidente es el personaje más público y se identifica con la sociedad. Mientras que los regidores y la sindicatura son ciudadanos que a menudo la sociedad desconoce sus trayectorias y capacidades políticas.
Sería importante que la integración total del ayuntamiento: la presidencia, la sindicatura y la regiduría, fuera mediante votación directa, donde sus candidatos hicieran campaña, esto daría lugar a una de las mejores opciones para democratizar la institución, pero también se tendría que incluir a la ciudadanía para que intervenga de manera más efectiva en el ejercicio del gobierno municipal.
Sin duda, la reorganización del municipio en México debe analizarse de manera responsable y con una visión democrática y oportuna. Esta institución municipal no ha experimentado cambios significativos en comparación con los otros dos poderes, siendo el Congreso del Estado su equivalente más cercano.
En el Congreso, las diputaciones son elegidas popularmente a través de campañas en las que se comprometen ante la sociedad a resolver los problemas sociales de manera transparente y la sociedad puede exigirles cuentas si no cumplen.
En el caso de los ayuntamientos, solo el presidente adquiere compromisos sociales, mientras que el síndico y los regidores, a pesar de tener un papel importante en las decisiones del ayuntamiento, no asumen compromisos de la misma manera. Esto es algo que debería cambiar, ya que sus decisiones impactan directamente en la calidad de vida de quienes viven en ese municipio. Por tanto, es importante que los ayuntamientos en México se reorganicen teniendo en cuenta las demandas de la sociedad del siglo XXI.
Para concluir, la reorganización del municipio en México requiere un análisis profundo bajo una visión democrática que permita una mayor participación ciudadana en el gobierno local. La estructura actual, con su presidente municipal,
regidores y síndico, debe evolucionar para que la sociedad lo tome como lo que es: el poder, más cercano a ella. Ningún otro poder está tan próximo a la gente, por lo tanto, debemos permitir que evolucione.
Esto podría incluir la elección popular de sus integrantes, así como una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de todos los funcionarios municipales. También se debería otorgar autonomía plena a los ayuntamientos, incluyendo autonomía presupuestaria, de manera que la federación y los estados les garanticen la autosuficiencia económica y que su operatividad sea una realidad visible para la sociedad.
Al implementar estos cambios, se lograría una democratización efectiva de las instituciones municipales y se promovería una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones y en la gestión de los asuntos locales.
Es importante analizar la vida constitucional de los municipios, y sería valioso considerar la reforma del artículo 115 de la Constitución para fortalecerlo en: poder otorgar acceso igualitario todos sus habitantes de servicios básicos como; agua potable, alcantarillado, alumbrado público, limpieza, recolección de residuos, el fortalecimiento de la seguridad pública, reorganizar el desarrollo urbano, el cuidado de la naturaleza al interior de zonas pobladas, una cultura ecológica ciudadana, procesos electorales abiertos y transparentes y cuidando valores y principios democráticos al elegir sus autoridades auxiliares, una mejor forma de que el municipio sea auto sustentable, coordinarse con la sociedad para fomentar la distribución económica en la reestructuración social, y garantizar buena vialidad, un buen transporte público y ecológico, promover la cultura de la paz, el respeto de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, tener una mejor Justicia cívica, fomentar la cooperación intermunicipal y regional de los ayuntamientos incluso con el Estado y la Federación, pero partiendo desde la autonomía municipal.
También es importante impulsar el fortalecimiento de la participación ciudadana creando consejos de la ciudadanía, para que ellos opinen y colaboren en la planificación, seguimiento y evaluación de políticas municipales, en la solicitud y ejecución del presupuesto participativo, en donde sea la gente, la que decida en qué gastar gran parte de los recursos públicos municipales, digitalizar todos los servicios que presta y, así potenciar las facultades constitucionales que tiene a fin de garantizar los derechos de la población en su ámbito territorial.