Entre 2018 y 2022 la pobreza bajó —logro indudable de esta administración— por la concurrencia de al menos cuatro factores: los incrementos a los salarios mínimos, la reforma a los procesos de subcontratación (outsourcing), las pensiones sociales y las remesas. Cinco millones cien mil mexicanos salieron de la pobreza. Sin embargo, surge una duda: ¿qué va a ocurrir cuando todos los ahorros y los “guardaditos” que dejaron los gobiernos neoliberales y que han sido esenciales para fondear esos programas, se hayan agotado?, ¿cómo se mantendrán las pensiones sin recortar otros programas prioritarios en materia de salud, educación, infraestructura, etc., o sin incrementar la deuda pública?

La idea del candidato presidencial López Obrador de que bastaba combatir la corrupción para disponer de los recursos necesarios para atender a los más pobres y llevar adelante sus grandes proyectos, resultó un espejismo. En primer lugar, porque no hay un combate real a la corrupción y, en segundo, porque aún eliminando los moches y los trastupijes no alcanzarían los ahorros para financiar las pensiones, los proyectos prioritarios y “salvar a Pemex y a la CFE”.

Por eso, el gobierno avanzó por otra línea, la de desaparecer algunos organismos que les resultaron prescindibles, como Pro México, el Consejo Nacional de Promoción Turística y el Instituto de Apoyo a los Emprendedores, lo que le permitió utilizar esos recursos en sus proyectos. Pero esos dineros también resultaron insuficientes, entonces ordenó imponer una política draconiana en el aparato burocrático.

Lo siguiente fue darle un apretón a los evasores y defraudadores fiscales. El SAT cumplió con eficacia. La mayoría de los causantes mayores desobligados atendió los llamados para ponerse al corriente y evitar la cárcel. Pero tampoco alcanzó.

Lo siguiente fue irse sobre los “guardaditos” que dejaron las administraciones neoliberales, se suprimieron más de cien fideicomisos y, de nuevo, todos los ahorros que tenían (más de 130 mil millones de pesos) fueron reasignados a las prioridades presidenciales. En noviembre del 2022, la economista Gabriela Siller advertía: “Al cierre del 2018, el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios tenía 279 771 millones de pesos. Al cierre del tercer trimestre de este año tenía solo 25 463 millones de pesos.”

Para hacer más complejo el desafío en el futuro próximo, el presidente anuncia un nuevo incremento del 25 % a las pensiones y la reducción de la edad exigida a los adultos mayores para ser beneficiarios. Mientras la sociedad mexicana envejece, este gobierno va a contracorriente. Pero, además, el carácter “universal" de las pensiones implica una política injusta que no reconoce el viejo principio de tratar desigualmente a los desiguales.

Posdata

En la mañanera del miércoles 4 de enero de 2023, el presidente López Obrador hizo una extraña revelación: dijo que el apoyo a los pobres no es un asunto personal, sino de estrategia política “porque ya sabe que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos.”

Aunque quienes se ubican en la pobreza extrema siguen allí, más de cinco millones de mexicanos salieron de la pobreza. Pero una duda permanece: ¿por cuánto tiempo?

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