En el contexto de la crisis sanitaria que se está suscitando, vale la pena señalar que si bien esta situación va a superarse eventualmente debido al notable esfuerzo de varios países en el desarrollo de vacunas y en la aplicación de medidas efectivas para combatir la propagación del Covid-19, el costo de ello va a ser monstruoso, casi medio millón de vidas perdidas en solamente seis meses. Las cuales se acumulan sobre todo entre los más desfavorecidos, quienes seguirán sufriéndolo y pagando durante años hasta que la situación se normalice.

Ahora, en México, como en otras naciones con economías parecidas, cualquier medicamento o vacuna va a tener poca disponibilidad debido al acaparamiento que se va a dar por los países ricos, e independientemente de la situación que se esté atravesando, los mercados van a reiniciar el ciclo económico. Por lo que los esfuerzos de los gobiernos en países en vías de desarrollo deben centrarse en ampliar sus estrategias para disminuir los riesgos de la enfermedad y para fortalecer sus capacidades competitivas.

Desde mi perspectiva México se enfrenta a cuatro grandes retos:

a) En el ámbito internacional

, la degradación económica y productiva en los principales centros industriales, ya que esto ha afectado notablemente la demanda de los bienes que se exportan en nuestra región.

b) La transición política del nuevo gobierno en el año 2018

y con ello la aplicación de nuevas medidas económicas y productivas, que ha ralentizado el crecimiento en el país, que ya se veía limitado desde 2017. Pero, el enfoque de austeridad planteado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es poco práctico en este escenario de crisis de la demanda efectiva. La opción del presidente no presenta alternativas productivas de desarrollo, al contrario, debilita las posibilidades de consumo de la población que se enfrenta a este escenario, pues las personas se están endeudando con el fin de mantener su capacidad de gasto.

c) Los limitados apoyos de los nuevos programas sociales

, ya que estos están enfocados a menos del 30% de la población en situación de vulnerabilidad (como lo confirma un reciente estudio de OXFAM), además de que los pequeños y medianos empresarios carecen de mecanismos de crédito eficientes o de apoyos económicos por parte del gobierno para superar esta situación. Por lo anterior, los rezagos y la desigualdad van a incrementarse, igual que el desempleo. La suma de estos elementos imposibilita que los esfuerzos del gobierno en términos de apoyos sociales sean suficientes, debido a que el escenario ha cambiado sustancialmente y se requiere modificar el plan de gobierno.

d) El evidente colapso de la lógica internacional de comercio

ante el errático comportamiento de Estados Unidos, lo que ha debilitado a todas las instituciones globales en el tema, por lo que es importante que México juegue sus cartas con cuidado frente a Estados Unidos, ya que podría verse anclado a una conflictiva situación que cada vez le aísla más (carecemos de su fortaleza financiera para aguantar esa situación).

Si bien la crisis ha sido excepcionalmente grave, también hay espacio para que el gobierno mexicano pueda actuar mejorando en términos de política económica y gasto social. De hecho, a pesar de haber mostrado su apoyo a la visión del presidente, algunos cargos de alto nivel en instituciones financieras y económicas del país también solicitan modificar las condiciones de operación política para fortalecer el bienestar de todos, especialmente de los más vulnerables que no pueden acceder a ninguno de los programas de gobierno y sus beneficios.

Profesora Investigadora del Departamento de Producción Económica, Universidad Autónoma Metropolitana, y presidenta de la Sociedad Mesoamericana y del Caribe de Economía Ecológica. Correo: gioconda15@gmail.com

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