Cada 16 minutos y 9 segundos, en promedio, hubo una víctima de homicidio doloso en México.

Vivimos en una crisis de seguridad, así lo percibe la sociedad y así lo demuestran las cifras. Somos el único país donde las cifras de incidencia delictiva se dan a conocer mes a mes, esta información es reportada por las procuradurías y fiscalías estatales y es publicada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); toda esta información actualizada debería servir para generar estrategias y políticas a la medida en materia de seguridad pública, pero pareciera que su función es generar temor e incertidumbre entre la población por el aumento de la inseguridad y la violencia.

Lamentablemente la incidencia delictiva se ha generalizado, y se puede observar al comparar las cifras de los primeros 10 meses de 2017 respecto al mismo periodo de 2016; donde ocho de los 10 principales delitos de alto impacto muestran incrementos en el número de carpetas de investigación (CI):  robo con violencia (36.72%), robo a negocio (31.66%), robo a transeúnte (29.87%), homicidio doloso (22.43%), robo de vehículo (15.23%), extorsión (11.29%), homicidio culposo (3.38%) y robo a casa habitación (1.43%). Mientras que, los decrementos se presentaron en secuestro del fuero común y federal (1.76%) y violación (0.39%).

El homicidio doloso, junto con el secuestro y extorsión, son los delitos que más afectan a la sociedad, implican altos niveles de violencia y es el indicador que el gobierno federal utiliza para generar estrategias de seguridad. Las cifras más recientes nos dan cuenta de que en octubre cada 16 minutos y 9 segundos, en promedio, hubo una víctima por homicidio doloso en México; es el mes con más homicidios dolosos desde que se tienen registros oficiales (1997), con 2 371 CI y el de mayor tasa con 1.92 por cada 100 mil habitantes, de dichas CI se derivan 2 764 víctimas, correspondiente a una tasa de 2.24 por cada 100 mil habitantes.

Para tener una visión más amplia de este delito, el periodo enero – octubre de 2017 es el más violento de la historia reciente de México (1997) al situarse con la mayor cantidad de CI con 20 878, en las que hubo 23 968 víctimas con una tasa de 19.40 por cada 100 mil habitantes. Cada mes, en 2017, se han registrado entre 2 112 y 2 764 víctimas de homicidio doloso; en promedio, 2 396.80 mensuales, 78.84 cada día, 3.29 por hora, es decir, que cada 18 minutos y 16 segundos, en promedio, hubo una víctima por homicidio doloso en los primeros 10 meses de 2017. De mantenerse ese promedio, este año terminaría con una cifra récord de 28 762 víctimas.

Es necesario atender el problema de seguridad de manera focalizada, por lo que es preciso señalar que de enero a octubre de 2017 la tasa nacional de homicidio doloso fue de 19.40 víctimas por cada 100 mil habitantes, siendo superada por las tasas de 13 entidades, destacando el caso de Colima con 88.26 víctimas por cada 100 mil habitantes y sobrepasando a la tasa nacional en 354.84%; le siguen las tasas de Baja California Sur con 66.19, Guerrero con 57.80, Baja California con 53.40 y Sinaloa con 44.51. En sentido contrario, la entidad con la menor tasa es Yucatán con 1.89 víctimas por cada 100 mil habitantes y siendo inferior a la nacional en 90.28%.

La ineficacia en materia de seguridad no solo es ostensible por las cifras oficiales de incidencia delictiva, también lo es por la victimización y percepción de la ciudadanía, así lo demuestran los resultados de la ENVIPE* 2017, donde se estima que se cometieron 31.1 millones de delitos durante 2016, pero en 29.1 millones (93.6%) no hubo denuncia; por lo que solo en 2 millones (6.4%) se inició CI, y de estas, solo en 384 mil (1.23%) se hizo justicia. Las razones para no denunciar son la pérdida de tiempo (33.1%) y desconfianza en la autoridad (16.5%). En cuanto a percepción, se estima que el 61.1% de la población considera la inseguridad y delincuencia como el problema más importante.

Si bien es cierto que la inseguridad y la violencia se debe, en gran medida, a la llamada guerra contra el narco y a las disputas territoriales entre grupos del crimen organizado para la diversificación de negocios ilegales. Los retos de fondo son lograr un crecimiento económico elevado y sostenido; inversión en educación, ciencia y tecnología; generación de empleos de calidad y bien remunerados; propiciar el ejercicio pleno de los derechos humanos; abatir las desigualdades regionales y entre grupos de población, mayor equidad de ingresos, es decir, distribución de la riqueza.

La experiencia delictiva que se vive en nuestro país hace afirmar que la estrategia de seguridad debe estar basada en un sistema integral de prevención, que incluya la función policial, la procuración e impartición de justicia, el sistema de readaptación social y la participación de la sociedad civil. Lo que precisamos como ciudadanos es dejar de esperar al gobierno perfecto, debemos crecer para convertirnos en ciudadanos enterados y exigentes, ciudadanos que no esperan cosas buenas de sus gobernantes, sino que las exigen y los obligan a hacerlas. La crisis que vivimos en nuestro país ha alcanzado un nivel inaceptable y los mexicanos ya no toleraremos más corrupción e impunidad.

* Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública

Referencias:

- INEGI. (26 de septiembre de 2017). “Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), 2017”. Obtenido de

- SESNSP. (20 de noviembre de 2017). “Incidencia delictiva a octubre de 2017”. Obtenido de

Juan José Rodríguez Chávez

Coordinador de incidencia delictiva del Observatorio Nacional Ciudadano

@JuanJoGiSa @ObsNalCiudadano

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