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Los gritos de protesta por los 43 normalistas desaparecidos retumbaron en el Museo Memoria y Tolerancia, traspasaron las paredes hasta afuera para hacer eco en el Hemiciclo a Juárez.

Dentro del inmueble en el centro de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador se reunía por primera vez, en privado, con los padres de familia de los 43. Montados en largos pendones, los rostros de cada uno de los normalistas que desaparecieron hace cuatro años, mientras el presidente electo escuchaba las peticiones de aquellos que realizan la búsqueda incansable de sus hijos.

Después de mil 460 días de voltear de cabeza a la tierra, de pasar hambre, frío, de cargar de un lado a otro los rostros de sus desaparecidos en Iguala, los corazones de los padres de los 43 siguen latiendo.

En la terraza del museo, Andrés Manuel López Obrador y su equipo integrado por Olga Sánchez Cordero y Alejandro Encinas se sentaron de frente a los padres de familia, cara a cara, sin actos protocolarios, sin más intervenciones que las voces de los afectados pidiendo justicia y una manta que anunciaba el tema de la reunión con la frase: “La esperanza late en el corazón”.

Por casi dos horas, las madres y los padres expusieron sus demandas, las mismas que han gritado desde hace años y en las que se niegan a aceptar la verdad histórica del gobierno, esa posibilidad de que sus hijos fueran incinerados en un basurero la madrugada del 27 de septiembre de 2014.

“Siempre hemos tenido fe y esperanza en que nuestros hijos van a regresar, porque la PGR construyó su verdad histórica y fue rechazada, para nosotros fue enterrada, pero el gobierno la sigue defendiendo, aunque no tenga validez. Quisieron engañarnos de que fue la delincuencia organizada la que se llevó a nuestros hijos”, dijo a EL UNIVERSAL Cristina Bautista, madre de Benjamín, uno de los 43 normalistas desaparecidos.

Andrés Manuel López Obrador cerró el encuentro con el compromiso de que habrá justicia y se llegará a la verdad en su gobierno, incluso a emitir un decreto para una comisión investigadora de la verdad. Promesas que llenaron de esperanza a los familiares que desde un principio sostienen la teoría de que sus hijos son víctimas de desaparición forzada.

Para Cristina la lucha no termina hoy ni mañana, sino hasta encontrar a su hijo desaparecido en los hechos de Iguala.

“Yo prefiero morirme a seguir viendo a las madres, cómo se baten de dolor”, expresó Epifanio Álvarez, padre del normalista Jorge. El vocero habló en un mensaje a medios junto a López Obrador.

Ante las cámaras, narró que cuando su esposa le pregunta qué harán mientras el tiempo pasa y su hijo no aparece, a él ya se le han acabado las respuestas de aliento.

“Eso que nosotros hemos buscado durante estos cuatro años de sufrimiento, aquí los vamos a encontrar, aquí sentimos que vamos a llegar a donde queremos”, expuso, mientras López Obrador asentía con la cabeza.

Al concluir el mensaje, no hubo aplausos, los padres subieron con los rostros de sus hijos a tomarse la foto con el próximo presidente.

Esa foto con la que se cobrará el compromiso adquirido de llegar a la verdad y la justicia de los de Ayotzinapa.

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