Amparados por la ausencia de estrictos controles sanitarios, carniceros y comerciantes sin escrúpulos de cinco entidades del país están surtiendo las mesas de los mexicanos con carne de caballo haciéndoles creer que es de res.

Esa es una de las conclusiones que se desprenden de un estudio patrocinado por la organización no gubernamental Humane Society International , en el que se identifican casos de venta de carne de caballo como si fuera de res en carnicerías, mercados, tianguis y puestos ambulantes.

La investigación estuvo encabezada por María Salud Rubio y Juan Francisco Hernández, expertos de la Facultad de Veterinaria de la UNAM, y se basó en el análisis de 433 muestras de carne cruda y cocida vendida en tacos, gorditas, burritos y como milanesa.

Los exámenes fueron recolectados de 157 comercios en Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Ciudad de México, Pachuca y San Vicente Chicoloapan.

De acuerdo con los resultados de laboratorio, el 10 por ciento de las muestras examinadas dieron positivo como carne de equino.

Los mayores índices se registraron en la Ciudad de México, Chihuahua y Pachuca, alrededor del 12 por ciento de las muestras recolectadas en esas entidades, seguido por Aguascalientes con 11 por ciento y Zacatecas con 7 por ciento. En el municipio del Estado de México, Chicoloapan, ninguna de las 40 muestras mostró DNA de equino.

La carne molida es el alimento más expuesto al engaño, el 42 por ciento de las muestras positivas correspondieron a este tipo de carne.

El estudio sostiene que el precio vis-à-vis es un importante incentivo de esta práctica distorsionada. Por ejemplo, en la Ciudad de México el kilo de carne de caballo está en 70 pesos frente a 140 pesos de la de res.

El análisis además detectó la presencia de clembuterol (anabolizante), cuya ingesta está prohibida. El 65 por ciento de las pruebas de caballo estaban contaminadas con esa sustancia química.

Los establecimientos también reprobaron en el rubro de la salubridad; sólo el 15 por ciento de los establecimientos visitados en la Ciudad de México recibieron la calificación sanitaria de “excelente”-

“En México, como en otros países, el consumo de carne de caballo se asocia a menudo con un estatus bajo, pobreza e ignorancia”, indica el documento.

“Más allá del estigma social, el consumo de carne de caballo podría representar un riesgo para la salud humana”, debido a que son criados como animales de acompañamiento y no para alimento; por tanto a lo largo de su vida son inyectados suelen ser inyectados con sustancias peligrosas para los humanos.

México es el segundo mayor productor de carne de caballo en el mundo, después de China. La industria en el país ha crecido desde que cerraron los mataderos de caballos en Estados Unidos en 2007.

La Unión Europea, importante consumidor de esta carne principalmente en embutidos, vetó la importación de México en 2015 al no cumplir las exigencias de sanidad, inocuidad y calidad alimentaria de la comunidad.

afcl

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