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Un grupo de 13 mexicanos integrantes de La Banda de Los Mazos que asaltó una joyería en el balneario uruguayo de Punta del Este, en febrero pasado, se encuentra en una prisión de ese país sudamericano en espera de que se le dicte sentencia por los delitos de rapiña agravada por el uso de armas y la pluriparticipación en el asalto.

Al igual que estos connacionales, en los últimos 17 años, el número de mexicanos recluidos en alguna cárcel en el extranjero ha aumentado, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

En respuesta a solicitudes de información obtenidas vía Ley de Transparencia por EL UNIVERSAL, la Cancillería detalló que desde 2001 a febrero de 2018, 284 mil 103 mexicanos han ingresados a penales en 91 naciones de los cinco continentes y  en los últimos años la cifra ha subido debido a que en 2015 se reportaron 14 mil 479 mexicanos que pisaron alguna prisión extranjera, cifra que aumentó al año siguiente al sumar 24 mil 111.

Sin embargo, 2017 fue el año que registró el mayor número de mexicanos encarcelados en el extranjeros al contabilizarse 25 mil 71. De enero al 28 de febrero de este año se reportaron 4 mil 119 connacionales presos.

La cantidad de compatriotas detenidos en otra nación pudiera ser mayor debido a que la dependencia federal indicó que “por múltiples razones, muchos mexicanos que son arrestados deciden no ejercer su derecho a recibir asistencia consular”, por lo tanto, no se cuentan con esos datos.

La SRE detalló que Estados Unidos es el país que más mexicanos ha encarcelado, ya que desde 2001 registra 277 mil 659, lo que significa 97.71% del total a nivel mundial. Números de esta dependencia detallan que en 2014 fueron encarcelados 14 mil 12. En 2015 se registraron 23 mil 726; es decir, un aumento de casi 10 mil. El año pasado, 24 mil 698 mexicanos pisaron las cárceles estadounidenses. Después de Estados Unidos está España con más mexicanos recluidos al sumar mil 47, seguido de Perú, con 543; Panamá, con 485; Guatemala, con 411, y Colombia, con 409. En Inglaterra, 271; Ecuador, 247; Francia, 242, y Japón, 220.

El delito por el que más connacionales estuvieron frente a un juez en EU fue por cuestiones migratorias o reingreso indocumentado después de haber sido deportados al sumar 64 mil 822, mientras que bajo la categoría de ilícitos contra la salud se registran 33 mil 711 presos. Por acusaciones de violar conductas al conducir vehículos y por crímenes sexuales 18 mil 259 y 14 mil 648, respectivamente.

Los migrantes originarios de Michoacán son quienes más han pisado la cárcel en el país del norte, al registrar 10 mil 647, seguido de los originarios de Guerrero, al sumar 8 mil 581; mientras que 6 mil 797 guanajuatenses han requerido ayuda de la SRE.

El consulado de México en Tucson, Arizona, es la representación que más apoyo legal ha prestado al sumar 24 mil 637 asesorías, seguida del consulado en Houston, con 20 mil 77; mientras que el de Phoenix indica que ha apoyado a 15 mil 678 y el de Los Ángeles registra 14 mil 185.

El delito por el que más se ingresa a connacionales a la cárceles en el extranjero, sin contabilizar a Estados Unidos, es por delitos contra la salud, al sumar 4 mil 25 mexicanos, seguido de robo que registra 497 y por delitos sexuales 163 han sido encarcelados.

“Estoy cansado, no aguanto más en prisión”

En Arabia Saudita, Etiopía, Nueva Zelanda, Jordania y Qatar también hay connacionales presos que purgan alguna condena como el caso de Edgar, en Estados Unidos, quien luego de entrar a prisión a los 19 años, su vida se afectó y se privó de ver crecer a los dos hijos que tiene.

Una riña de pandillas que derivó en la muerte de una persona, de la que él asegura no es culpable, cambiaron las expectativas de este hombre, nacido en la Ciudad de México, quien después de 20 años encarcelado, hace una intensa lucha legal por recuperar su libertad al revertir la cadena perpetua a la que fue condenado.

De niño, Edgar viajó junto con sus padres a Estados Unidos, quienes como inmigrantes pretendieron una vida mejor para la familia, pero la situación no fue como la habían planeado, puesto que los hechos de aquel día en el que con amigos enfrentaron a otros jóvenes resultó en una tragedia en la que “para librarse lo señalaron a él por ser el líder del grupo.

“Y aunque las pruebas no fueron sólidas, lo culparon a él”, cuenta su hermana Amy, quien resalta que “20 minutos antes de la entrevista pudo hablar por teléfono con su hermano”.

La joven, nacida y criada en California, estado al que llegaron sus padres hace 35 años, destaca que la familia no ha perdido la esperanza de que con los años que lleva encerrado se revierta la cadena perpetua y como parte del proceso legal se consideren esos años como su condena y sea liberado pronto. De ser así, lo deportarían a México.

“Pero eso sería bueno, porque mi hermano estaría libre y no pasaría toda su vida encerrado”, resalta Amy.

Al preguntarle sobre qué le dijo su hermano cuando le habló por teléfono, comenta las palabras que Edgar le externó estando encarcelado: “Estoy muy cansado, ya no quiero estar aquí, ya no aguanto más”.

En su reclusión, Edgar se ha dedicado a estudiar y, entre otras cosas, es parte de un programa para orientar a reos que tienen alguna adicción, con la finalidad de rehabilitarlos y se enfoquen a tareas productivas, como lo hace él con trabajos en la cocina y de limpieza en las oficinas del penal en el que se encuentra.

La batalla para librar la prisión

Actualmente, la familia busca a otro abogado, puesto que al anterior no pudieron continuar pagando por el alto costo de sus honorarios. En tanto, esperan fecha de una nueva audiencia para continuar la lucha legal con el fin de demostrar su inocencia y que salga de la cárcel para poder ver a sus hijos, a sus hermanos y padres, quienes están dispuestos a ayudarle a que rehaga su vida en México, pues, de ganar el juicio, Edgar será deportado.

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