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La degradación de los plásticos puede generar graves daños al medio ambiente, como la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, faltan investigaciones sobre su impacto al descomponerse en el agua y las repercusiones que ello podría traer en la salud de animales y humanos, coincidieron especialistas.

Benjamín Ruiz Loyola, investigador de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que aún no hay estudios de la contaminación que generan los plásticos en el agua, puesto que se descomponen en pequeñas partículas que resultan invisibles para la vista del ser humano, situación que se agrava con los plásticos biodegradables.

“En lugar de que se degrade, la degradación implica que se descompone y se forma dióxido de carbono y agua, la oxodegradación es que el plástico se va rompiendo en plásticos más pequeños antes de descomponerse químicamente (...) Lo que ocurre es que las dejamos de ver [las partículas] y pensamos que si no lo vemos no hay problema; ahora empezamos a ver que sí hay problemas”, comentó el experto.

Explicó que un plástico, dependiendo de las condiciones en las que se encuentre, tarda entre 40 y 50 años para degradarse, por lo que pidió a la población ser más consciente y no arrojar basura a los ríos.

Consideró que no debería haber impacto en la salud de las personas ingerir plástico, porque no es comestible, se deshecha y el organismo no lo procesa. “Debemos tener en consideración las posibles contaminaciones que pudieron haber estado en contacto con los plásticos, como aditivos, acidificantes, colorantes; en caso de que hayan sido empaques o rótulos impresos, eso tendría que verificarse”, destacó.

Indicó que si los plásticos se encuentran a la intemperie tardan entre 40 y 50 años en degradarse. En ese caso, al entrar en contacto con la atmósfera se produce dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero.

Delia Montero, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, detalló que el contaminante que se busca al analizar las muestras de agua es el Escherichia coli, una bacteria que puede producir enfermedades estomacales. Sin embargo, advirtió, los plásticos pueden tener impactos muy fuertes en la salud, los cuales aún no han sido estudiados.

Comentó que ha iniciado una investigación para determinar el impacto de las rajaduras de garrafones con agua en la salud, puesto que no se tiene un control adecuado en las purificadoras sobre el lavado de los contenedores.

“No hay un control de calidad en las purificadoras del uso de vida de los garrafones, tienen rasgaduras que dejan partículas de plástico y afectan la salud. Ese estudio no se ha hecho en México, a pesar de que 50% de la población consume agua de garrafón”, dijo.

Para Óscar Monroy, académico de la UAM, el estudio de Orb Media publicado por EL UNIVERSAL debe ser tomado como “una advertencia”, aunque la publicación no habla de metodología ni concentraciones, por lo que se debería hacer un proyecto entre laboratorios para establecer la calidad del agua que se ingiere.

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