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Como parte del homenaje que se le realiza a la trayectoria académica del historiador y filósofo universitario Miguel León-Portilla, se presentó ayer la puesta en escena La huida de Quetzalcóatl, basado en el texto que el investigador emérito escribió cuando tenía 29 años.

El teatro Juan Luis de Alarcón del Centro Cultural Universitario fue testigo del homenaje en vida que se le hizo al doctor León-Portilla y a donde asistieron colegas, amigos y admiradores del filósofo, entre ellos Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM.

Minutos antes de que el telón se abriera, el historiador y filósofo de 91 años dirigió unas breves palabras en las que agradeció a los presentes su compañía y recordó brevemente cuando escribió de joven —en 1952— este texto que se estará presentando en el teatro hasta el 10 de diciembre.

“Quisiera comentarles que ese texto lo escribí hace ya algún tiempo, hace algunas juventudes ya, y nació de mi interés por la cultura náhuatl y lo hice basado en la investigación de Fray Bernardino, sólo le agregué un personaje ficticio que es el Dios del Tiempo para hacer una reflexión filosófica en la que pudiésemos hablar de la juventud acumulada”, destacó León-Portilla.

La puesta en escena se ayudó de la tecnología, la danza y la música para llevar al espectador varios siglos atrás para presentar una disertación filosófica en la voz del mítico sacerdote Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl.

El texto habla del mito que rodea la desaparición del sacerdote y gobernante de Tula, a quien se recuerda como el gran protector.

La encargada de montar este proyecto fue la arquitecta y diseñadora Mónica Raya, quien señaló en entrevista que quiso desarrollar una reflexión sensorial y colectiva para acercar al público al pensamiento náhuatl mediante los recursos del arte teatral y de la danza.

“Fue un trabajo arduo y lo complicado no fue llevar el texto a un plano escénico, sino tratar de mostrar que la filosofía también puede ser espectacular cuando se lleva a un plano teatral. La obra de Miguel León-Portilla es en sí toda una disertación filosófica en acción, pues desde que fue escrita se distinguió porque fue escrita en verso y su ritmo y humor es particular”, dijo Mónica.

Para el montaje de esta obra se han necesitado más de 160 colaboradores, entre bailarines, acróbatas, actores, técnicos, directores y productores, cuyo propósito fue homenajear a León-Portilla, uno de los investigadores más destacados de la cosmovisión mesoamericana.

“Este montaje es la interpretación de un pequeño tratado de filosofía náhuatl imaginado por un joven egresado de nuestra universidad. Parece que la pieza esperaba una oportunidad para exponerla en un formato espectacular”, detalló.

Para Mónica Raya este proyecto no se hubiese podido llevar a cabo sin la ayuda y apoyo de las facultades de Filosofía y Letras (FFyL) y Arquitectura (FA), así como de Cultura UNAM por medio de la Dirección de Teatro.

El montaje, que tendrá 30 funciones a partir de ayer y que estará los jueves, viernes, sábados y domingos, requirió más de un año de preparación documental.

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