Tras varios años encarcelado en el Reclusorio Oriente , Mario sintió nervios y angustia antes de subir al escenario. Estaba a punto de tocar con la "Big Band Oriental Palace" , como había tocado muchas veces, pero esta vez prometía ser diferente. Entre el público estaría su hijo, a quien no veía desde hacía cuatro años.

El bajista estaba avergonzado porque el niño, de 10 años, se daría cuenta en solo unos minutos que su padre era un preso y no un trabajador que fue a Estados Unidos, como le hicieron creer.

“Me va a ver mi hijo, ¿cómo me voy a presentar?, ¿cómo me va a ver mi hijo?", repitió Mario en el Museo de la Ciudad de México , lugar elegido por el Sistema Penitenciario y la Secretaría de Cultura para que los músicos realizaran su primera presentación afuera del Reclusorio Oriente. Interpretarían temas de Glenn Miller, Damaso Pérez Prado y hasta la cumbia "Guarapera".

Pese a los temores de Mario, aquella tarde de febrero pasado el niño no hizo más que ver a su papá con admiración y, en vez de avergonzarse, le pidió que le enseñara a tocar para ser como él cuando creciera.

El día de hoy, Mario se encuentra en libertad y reunido con su hijo, anhela volver a tocar con la “Big Band Oriente Palace” , pese a ya no estar preso en el Reclusorio Oriente .

En las cárceles capitalinas habitan cerca de 29 mil internos, de ellos, el 80% realiza alguna actividad encaminada a la reinserción social, como danza, música, teatro u oficios, que los ayudarán a retomar sus vidas cuando obtengan su libertad.

Sin embargo de acuerdo con las cifras del Sistema Penitenciario capitalino , el promedio mensual en 2016 fue de mil egresos, de los cuales uno de cada 10 reincidió.

En el año 2016 surgió la "Big Band Oriental Palace", que para muchos ha sido una revelación porque logra hacer que el público tarareé la música de las grandes bandas pese al mal estado de sus instrumentos.

La agrupación conformada como parte del programa Memoria e Identidad, con el que se busca recordar a personajes de la cultura nacional, se convirtió en la primera formada dentro de un penal en tocar jazz y mambo, así como en realizar una gira de conciertos por los centros de reclusión.

El grupo les ha traído grandes sorpresas a sus 10 integrantes, quienes cumplen una sentencia por delitos como robo, secuestro y violación, ya que durante una de sus presentaciones en la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, Javier, trompetista de la banda, pudo volver a abrazar a su hermano, también preso en dicho centro de reclusión.

“La familia es parte y motor de cada uno de nosotros, y el que te acompañe y te apoye es excelente. Uno siente padre, y te motiva a seguir adelante y te motiva a querer salir y buscar ser mejor cada día en la música”, sostuvo tras abrazar a su familiar.

Los integrantes del grupo ganador del concurso la “Voz Penitenciaria” de este año, han sido instruidos desde el principio por el maestro Ramón Zedillo, músico en la orquesta de Damaso Pérez Prado, y por el trompetista Pepe Villar, que fueron contactados por la Secretaría de Cultura.

De acuerdo con María Cortina, coordinadora interinstitucional de la Secretaría de Cultura capitalina, los programas que promueve la dependencia en los reclusorios son para “utilizar la cultura como un instrumento que garantice sus derechos culturales y para contribuir en su proceso de reinserción”.

Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles
Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles

Para los integrantes de la"Big Band Oriental Palace", formar parte de un grupo de jazz les ha ayudado a perfeccionar sus técnicas musicales, dominar sus instrumentos y aprender a convivir entre ellos.

El arte de sentir la libertad en el reclusorio 

“Es juntarnos y ver que podemos silenciar los egos para trabajar en equipo por el bien de la Big Band”, menciona Raymundo, el más dicharachero del grupo.

Además, la música los ha ayudado a despejarse y sentirse en libertad.

"Lejos de ser un trabajo o compromiso, debe ser un gusto (la música). Aunque las oportunidades sean pocas o estés en un lugar como el nuestro, aún así tienes la inspiración”, dice el más joven de la banda, Marco, quien también sostiene que el aprender a tocar el saxofón lo ha ayudado a olvidarse de los problemas dentro del Reclusorio.

"Para mí el canto es la libertad del alma. Para mí el cantar y transmitirle al público lo que siento, es lo que me llena", reitera Raymundo, cantante y trompetista de la banda cuyas influencias musicales son Pedro Infante, Jorge Negrete y Plácido Domingo.

Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles
Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles

Para los actores de la obra “Esperando Godot” que se presenta en el penal de Santa Martha, incursionar en el teatro los ha ayudado a alejarse de los vicios para concentrarse en el arte y sentirse libres.

El teatro que aleja a los vicios en reclusión 

“A todos nos ayuda de diferente manera, nos ayuda a tomar mejores decisiones y a cuidarnos de no cometer una falta que afecte al resto del grupo”, dice Juan.

Fidel, quien llegó a la compañía del Teatro Penitenciario desde hace nueve años para ver a “las muchachas guapas que daban el taller”, menciona que cuando salga de prisión buscará seguir incursionando en el teatro porque es un estilo de vida que lo motiva.

Los integrantes de dicha compañía conformada por el Foro Shakespeare reciben capacitaciones de corporalidad, actuación, y entonación, entre otros.

Juan reitera que estas actividades los ayuda a olvidarse del encierro, pues durante los ensayos pueden gritar, bailar, llorar, desahogarse de su entorno y liberarse.

Tan sólo para montar la obra “Esperando Godot” han trabajado durante un año para leer el guión, investigar, reflexionar y analizar diversos textos para presentarse ante el público.

Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles
Arte, instrumento de reinserción social en las cárceles

Las personas privadas de su libertad y las que ya pagaron una sentencia en los centros de reclusión cuentan con una amplia gama de actividades que van desde las recreativas hasta con las que aprenden un oficio.

La reinserción en números 

En ambos casos, tanto el Sistema Penitenciario local como el Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México son apoyados por todas las secretarías capitalinas en diversos rubros.

El Sistema Penitenciario realiza el proceso de reintegración en cinco ejes que abarcan la educación, el deporte, la cultura, el trabajo y la capacitación.

Entre las actividades con mejor aceptación se encuentran las deportivas, pero es en las plásticas y en las musicales donde hay más asistencia.

La Secretaría de Cultura ha colaborado tanto en las musicales como con las plásticas. La dependencia prevé cerrar el año con 2 mil apoyos a personas privadas de la libertad, entre hombres, mujeres y adolescentes; cifra que va en aumento porque el año pasado logró atender a mil 300.

María Cortina, refiere que la dependencia cuenta con 14 programas para apoyar a reos adultos y 15 más para los menores que ingresan a las correccionales.

Cuando los internos cumplen su condena y quedan en libertad, pueden seguir su proceso en el Instituto de Reinserción Social capitalino, donde les brindan las herramientas para que construyan una vida digna.

Paola Zavala, titular de la dependencia, explica que a pesar de que no todos los ex presidiarios llegan a sus instalaciones, durante el primer semestre del año han brindado apoyo a un total de mil 704 personas, de ellos el 93% son hombres y el 6.9% son mujeres, y la mayoría de ellos se encuentran en edad productiva.

En el instituto ayudan a los ex presos compurgados (que cumplieron su sentencia) y a los ex reos obligados por los juzgados a tomar alguna actividad para tener un seguimiento de su conducta a hacer un plan de vida el cual consta de cinco áreas: la jurídica (facilitar documentos personales como INE, actas de nacimiento, etc.), la de salud (atención médica y psicológica), la social (apoyos sociales como el seguro de desempleo o comedores comunitarios), la de capacitación y la laboral.

ahc

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