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Oaxaca

Hace más de 12 años, Juan falleció al caer en una alcantarilla en Tijuana, Baja California, cuando por motivos de salud regresaba de Estados Unidos hacia Santa Cruz Zenzontepec, su comunidad de origen en Oaxaca. Por más de una década, su familia vivió la angustia de no saber nada de él y mucho menos se enteró de su muerte.

Hoy, casi 5 mil días después, la familia de Juan ya sabe el paradero de su cuerpo, pero la pobreza y la burocracia les ha impedido recuperar los restos del joven.

El de Juan, llamado así para proteger su verdadera identidad, es uno de los casi 200 casos que ha atendido la asociación civil Caminos Oaxaca, integrada por cuatro mujeres que desde 2014 ayudan en la búsqueda de migrantes oaxaqueños desaparecidos en México y en el país vecino.

Las mujeres de Caminos Oaxaca apoyan a las familias en la búsqueda de oaxaqueños desaparecidos, algunos desde 2005, así como en el fortalecimiento de los derechos de los jornaleros que viajan a los estados del norte del país.

Sólo de 2014 a 2017, atendieron 114 casos, explica Fátima Arias, responsable del área de búsqueda. De estos reportes, a 60% de los migrantes se les encontró en cárceles de Estados Unidos. En otros casos, el migrante decidió romper comunicación con su familia; mientras que otros fallecieron en su intento por cruzar la frontera.

La asociación civil calcula que en 40% de estas muertes el responsable fue el crimen organizado, dice Nancy Cruz, presidenta de Caminos.

En lo que va de 2018, la organización tiene 85 casos abiertos, de los cuales 10 son mujeres. A estos migrantes se les busca tanto en México como en la Unión Americana.

Sin pistas ni datos. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el endurecimiento de la política migratoria, las mujeres de Caminos explican que la búsqueda se ha complicado tanto en Estados Unidos como en territorio mexicano.

En el caso de México, porque no existen bases de datos. “El acceso a la información es muy pesado, tienes que hacer trámites, oficios, tienes que ir con otra dependencia de gobierno para que te den acceso, y de ahí vamos siguiendo otros pasos”.

A pesar de estas dificultades, el grupo de mujeres continúa su labor con el objetivo de ser ayuda para las familias oaxaqueñas que buscan a uno de los suyos.

Ahora, también pretenden que los familiares denuncien penalmente la desaparición porque es un problema que no se visibiliza y, por lo tanto, no es atendido por las autoridades responsables de hacerlo. La asociación funciona con recursos propios y donativos.

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