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“Negar que opera la delincuencia organizada en la Ciudad de México es negar que el sol sale por el este”, enfatizó Alejandro Hope, especialista en seguridad, tras la captura de Uriel Isaac, El Cochi, líder del Cártel de Tláhuac.

Aseguró que conforme caen los liderazgos en la organización su capacidad operativa disminuye; sin embargo, consideró que eso puede originar disputas al interior por el control de la banda.

“Podría haber enfrentamientos por el control de la organización. No sabemos en qué medida operaba [El Cochi], sabemos que es una banda de capacidad mediana, pero no se puede negar que operan en la Ciudad de México”, dijo el columnista de EL UNIVERSAL.

Explicó que si bien no se puede mencionar a la organización como un grupo con capacidades como un Cártel de Sinaloa, el operativo para la captura de Uriel Isaac “fue suficientemente grande al requerir la presencia de las Fuerzas Armadas. Hay mercados ilícitos en la Ciudad de México, sí, están controlados por bandas criminales más o menos organizadas, sí. Hay delincuencia organizada en la Ciudad de México, sí”.

Héctor de Mauleón, el también colaborador de El Gran Diario de México, indicó que la detención de El Cochi, nuevo líder del Cártel de Tláhuac es “la misma película” que se ha visto en el país desde 2006, por lo que su captura no significa mucho, y no hay nada que aplaudir ni celebrar porque el problema continúa.

“Si uno pudiera hacer la lista de los sucesores de los capos, lugartenientes que han sido arrestados desde diciembre de 2006 a la fecha tendremos un directorio telefónico. En esencia nada cambia, el problema no se está atacando, no podemos aplaudir ni celebrar ni vanagloriarnos que un capo sea detenido”, dijo. El especialista en temas de seguridad afirmó que reflejo de esto es que tras la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, en 2017 por parte de la Marina, sólo es la caída de un líder, “no afecta las estructuras y operaciones y lo que inmediatamente ocurre es que los segundos, los terceros o los cuartos toman el mando y continúan la operación del grupo criminal.

“Lo que estamos viendo es la misma película que hemos visto desde 2006 a la fecha. Siempre aparecerá el sucesor, el encargado de las operaciones quien siempre será detenido, y después de su captura tendremos hechos de violencia, aparecerán muertos y ejecutados y luego de eso pasarán unos meses, un año y tendremos una nueva noticia en la que el nuevo sucesor será detenido o abatido. El problema de fondo es que todo lo que está alrededor no cambia, es lo preocupante”, comentó.

Lo único que se puede reconocer, indicó, es que hay un criminal menos en las calles de la Ciudad de México; sin embargo, “en este momento, en algún lugar que no sabemos de la ciudad, en algún callejón o bodega, hay una persona que está tomando el mando de lo que manejó el capo que acaba de ser detenido. Esa es la realidad, el narcomenudeo ha invadido la ciudad, la droga corre por todas partes”.

Criticó que la política de combate a la delincuencia se base en detenciones, sin atacar las causas que origina la violencia y que ha ocasionado que la República viva en el periodo más violento de los últimos años, por lo que urgió un cambio de política. “Seguimos ocupados en detenciones que en el fondo no nos han llevado a ningún lado. La ciudad y el país están en su etapa más grave de sangre y de violencia y, más bien, lo que debemos empezar a plantear y exigir es un cambio de ruta que arroje resultados. Hay demasiada sangre, muerte y lágrimas en esta ciudad”, afirmó el experto.

Martín Barrón Cruz, especialista del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), afirmó que la “estrategia de descabezamiento” es un medio que no ha funcionado para acabar con los grupos de la delincuencia en la Ciudad de México, así como a nivel federal, puesto que sólo cambiará el líder y la organización seguirá.

“La detención de estos lideres no elimina por completo a la organización, lo único que hace es fragmentar a la propia organización, porque ahorita con esta detención lo único que pasa es que algunos miembros probablemente se disputen el hueco que acaban de dejar vacío y que no le podían disputar porque alguien lo ocupa. Es la estrategia de descabezamiento”, que es una estrategia errónea”, dijo

Afirmó que una posible disputa por el liderazgo del Cártel de Tláhuac podría desencadenar actos violentos o que sus movimientos puedan ser más finos, “para no exhibirse antes las autoridades y que esto impida que se detecte quiénes son las cabezas de la organización”.

Consideró que para terminar con estos grupos de la delincuencia se debe cambiar la estrategia y atacar de manera directa las fuentes financieras, “porque mientras no se ataque los grupos criminales seguirán funcionando.

“Para acabar de manera frontal y directa con la delincuencia se debe de atacar el lavado de dinero, todas las formas de blanqueo de recursos, esto incluye investigar a personas y empresas que puedan ser responsable de esto; sin embargo, en México, a pesar de que tiene una infraestructura muy grande para detectar el blanqueo, no se procesa a los culpables y menos se les sentencia. Esta estructura no está funcionando adecuadamente y es algo que podría ayudar a atacar las fuentes de ingreso de las organizaciones delictivas, que es una de las estrategias que más han resultado en otros países”, añadió.

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