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La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que compense a una mujer y a su esposo, quienes perdieron a su bebé, luego de que el médico que atendió el parto abandonó a sus pacientes y omitió referirlos a una clínica con más capacidad para que recibieran tratamiento. El bebé murió sin que el personal médico del hospital avisara a los padres.

El organismo defensor determinó que hubo “inadecuada atención médica y violencia obstétrica” en la atención que brindaron médicos del Hospital Rural San Felipe Ecatepec del IMSS a una mujer que se alivió en este centro médico localizado en el municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

“La comisión nacional advierte que durante la atención médica, el personal de enfermería a cargo omitió monitorear oportunamente la presión arterial de la víctima, de acuerdo con las indicaciones del médico residente, quien luego de ingresarla al piso de gineco-obstetricia, la abandonó durante las siguientes 16 horas y omitió referirla a un hospital de mayor capacidad”, concluye la comisión.

La recomendación 56/2017 se emitió desde el 10 de noviembre y todavía está dirigida al ex director del IMSS y hoy aspirante a ser candidato por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Mikel Arriola. Los hechos datan de octubre de 2013, cuando la paciente de 26 años, quien tenía 40 semanas de embarazo, llegó al hospital rural con sangrado repentino.

En el área de urgencias fue diagnosticada con embarazo de 41.2 semanas de gestación, sin trabajo de parto y con “hipomotilidad fetal”, lo que quiere decir que el feto sufrió una disminución o pérdida de su capacidad para moverse.

Se le tuvo esperando hasta que dilatara lo suficiente para tener un parto natural. Cuando esto no ocurrió, 19.5 horas después de que llegó con sangrado al hospital, el médico residente determinó que se le tendría que practicar una cesárea.

Esto ocurrió a pesar de que desde el día anterior se le había ingresado a la sala de partos y una enfermera le comentó que seguramente le tendrían que practicar este procedimiento, puesto que tenía la presión arterial alta y dos centímetros de dilatación.

Durante el tiempo que se encontró internada, la paciente sufrió dolores intensos, a lo que las enfermeras que la atendían le respondieron: “¿Qué más quieres si ya te revisaron?”.

“[En] la sala de partos, donde había dos enfermeras, una se le acercó y al hacerle unas preguntas sobre el método anticonceptivo que elegiría, le dijo algunas expresiones como: ‘Si ya sabes que duele, ¿por qué no te vas a cuidar?’, asimismo, manifestó que al preguntar si le podían hacer cesárea, le expresó: ‘¿Qué más quieres si ya te revisaron?, vas a tener un parto normal y eso duele’”.

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