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“Tenemos tres alumnas que están muy graves, ¡Cooperen, cooperen!, es por el problema del helicóptero”, dice a automovilistas Norma Aracely García Luna, profesora de algunas estudiantes lesionadas en el accidente aéreo en Santiago Jamiltepec, Oaxaca.

Ella, junto con ocho alumnos de la Secundaria Técnica 20, se instalaron dos días después de la tragedia en la carretera federal que comunica a Jamiltepec con Pinotepa Nacional, ambos municipios de la región de la Costa, para pedir a los conductores de vehículos una ayuda para los familiares de las lesionadas.

“Una perdió su pierna”, cuentan con tristeza sus amigos de escuela mientras “botean”. Portando su playera de la institución educativa, con pancartas y un mecate, frenan el tránsito de los conductores, a quienes le exponen la situación; algunos se solidarizan.

El dinero recaudado será para las familias de tres alumnas, dos son hermanas e identificadas como Fabiola y Monserrat González Hernández, de 15 y 12 años, quienes se encuentran hospitalizadas en Huatulco y en la capital.

Son parte de las más de 16 personas que lograron sobrevivir al desplome de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana, la noche del 16 de febrero, pero de quienes no informan con precisión su estado de salud. Mientras los alumnos y la profesora de matemáticas mantenían su solidaridad, familias de las otras cuatro víctimas mortales sepultaron a sus seres queridos la mañana del domingo. Las otras nueve víctimas fueron despedidas la tarde del sábado en Jamiltepec; previo a ello, el arzobispo Pedro Vázquez Villalobos ofició la ceremonia religiosa.

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