Carlos Urzúa Macías fue el primer secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de la administración encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ya en el pasado, se había desempeñado como secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal de 2000 a 2003, también en la administración de López Obrador en lo que ahora es la Ciudad de México.

Sin embargo, esta cercanía con el impulsor de la llamada Cuarta Transformación llegó a su fin cuando el ahora titular del ejecutivo censuró la política económica de Urzúa plasmada en el primer anteproyecto de presupuesto del gobierno federal.

Así, Urzúa se desempeñó como responsable de las finanzas públicas del gobierno federal de diciembre de 2018 al 9 de julio de 2019, día en que dejó el cargo a través de una carta de renuncia que difundió en redes sociales, en la que se presentó como un académico comprometido con quienes defienden la democracia y el federalismo en México.

En las razones de su renuncia, detalló sus convicciones que lo llevaron a atreverse a discrepar en materia económica, porque muchas decisiones de política pública, argumentó, se tomaban sin el suficiente sustento.

Tampoco aceptó la imposición de funcionarios sin conocimiento de la hacienda pública, por lo cual mostró su desacuerdo en diferentes ocasiones.

Privilegió la integridad en la conducción de las finanzas públicas por encima de la lealtad partidista, porque estaba consciente de la gran responsabilidad que representa ser titular de la SHCP, y no sólo un sueño hecho realidad, como aspira todo economista.

Así, será recordado en la historia hacendaria como el secretario y miembro del gabinete económico que se atrevió a decirle “no” al Presidente.

Tras su separación del cargo, regresó a la vida académica como profesor titular del Tecnológico de Monterrey y, desde entonces, comenzó a publicar en EL UNIVERSAL una columna de opinión semanal, la última el día de ayer, titulada “El desdén presidencial hacia el agua”.

Incluso, fue constantemente crítico del manejo económico del país y de los problemas estructurales que aquejan a la economía mexicana.

Su más reciente artículo publicado en EL UNIVERSAL, donde formaba parte de la plantilla de colaboradores, fue una crítica hacia el desdén del presidente Andrés Manuel López Obrador al problema del desabasto de agua y sequía en el país.

Urzúa hizo énfasis en que el presidente López Obrador “nunca supo apreciar la enorme importancia que tiene el agua para todos los mexicanos, pobres o ricos, morenistas o no”.

Puntualizó que el Mandatario, ante las elecciones presidenciales, reculó en su idea y ahora busca hacer frente a la escasez del líquido.

También, en su artículo “Por el bien de todos, primero Dos Bocas”, retomó las palabras del Presidente respecto a la refinería de Dos Bocas, de su mañanera del 8 de agosto, pues el mandatario refirió que la obra acabaría costando “14 mil millones de dólares, sin créditos, con presupuesto público, con dinero del pueblo”. No obstante, Urzúa objetó que “algo que sí es cierto es que su elefante blanco será financiado con 'presupuesto público, con dinero del pueblo”.

Nacido en 1955, en Aguascalientes, Carlos Urzúa Macías obtuvo su licenciatura en Matemáticas en el Tecnológico de Monterrey; después realizó su maestría en la misma disciplina en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Desde 2004 formaba parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como investigador nivel III y era miembro de la Academia Mexicana de Ciencias desde 2007.

Además de sus investigaciones teóricas, se especializó en la economía mexicana, sobre todo en política del gasto público, impuestos y la competencia económica, hasta asuntos como la pobreza en México, el federalismo fiscal e historia económica.

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