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Los casi seis años de las dos últimas Legislaturas el Senado los aprueba “de panzazo”, califica el coordinador senatorial del PAN, Fernando Herrera. Queda la frustración de que hay buenas reformas que se depositaron en malas manos porque el gobierno no supo implementarlas, y hubo cambios inconclusos porque el PRI los simulaba.

Dice que Acción Nacional acompañó al PRI en el Pacto por México hasta donde el partido en el poder quiso que las cosas cambiaran para que todo siguiera igual. Entrevistado en su oficina de la Cámara Alta, Herrera Ávila asegura que en las dos Legislaturas recientes “el gobierno federal manoseó a los grupos parlamentarios”.

Asegura que el PRI eligió presidente de la Mesa Directiva para el último año legislativo al panista Ernesto Cordero Arroyo y “tentaron a unos compañeros para buscar nombrar al fiscal general” y con ellos se facilitaría el procedimiento para esa designación.

¿Qué opinión le merece este cierre de las Legislaturas?

—Estoy satisfecho con haber participado en esta etapa de la vida política, me quedo con la frustración de que hay ciertas reformas frenadas en su amplitud; sin embargo, creo que el balance nos deja una experiencia positiva.

En el primer tercio de las Legislaturas hubo el Pacto por México.

—La política es para construir a partir de las coincidencias y no creemos en la política totalitaria, de todo bien o todo mal, y con ese espíritu llegamos a la mesa del diálogo para encontrar mejores condiciones legislativas que sirvan como instrumentos detonadores del desarrollo.

¿Qué motivó que después del Pacto Por México el PAN se confrontara con el PRI?

—Que nosotros no estamos para simular y tal pareciera que el PRI quisiera que las cosas cambiaran para que todo siguiera igual. El PRI pretendía un entramado legal que garantizara que quienes tendrían bajo su responsabilidad el perseguir la corrupción estuviesen bajo su tutela y no se trataba de eso, sino de darle autonomía al Ministerio Público, que no dependiera del Presidente.

Algunos personajes del primer círculo del gobierno se vieron amenazados por estas reformas y pretendieron transitar por el camino de la simulación, ahí el PAN no lo acompañó.

¿Cómo valora la interrelación de las bancadas?

—Fue una relación interesante, aleccionadora. El gobierno federal manoseó a los grupos parlamentarios. A algunos les generó privilegios y los invitó a ser beneficiarios de algunas de sus decisiones. El grupo en el poder trató de infiltrar a otros grupos parlamentarios en el afán de generarse una mayoría holgada que le permitiera avanzar en algunos proyectos.

¿Algún hecho del manoseo al que usted se refiere?

—Me queda claro la forma en que se eligió al presidente de la Mesa Directiva del Senado [Ernesto Cordero Arroyo], ajeno a cualquier acuerdo parlamentario.

¿La agenda legislativa cómo la pudieron desahogar ante el panorama político absorbente?

—Entre lo que propusimos en nuestra campaña de 2012 y los resultados que se tienen ahora, no hay una gran diferencia. Propusimos las reformas educativa, laboral, de telecomunicaciones, energética, que vienen en nuestra plataforma. Que el gobierno no haya sabido implementarlas es otra ruta de discusión.

¿Qué calificación daría al par de Legislaturas en las que ha participado en el sexenio?

—Hemos aprobado de panzazo. Hay pendientes que no necesariamente tienen que ver con el trabajo legislativo, sino con la implementación de las reformas. Quedamos a deber algunas de las reformas, pero creo que la gran mayoría de las propuestas que se contemplaron en la plataforma legislativa se cumplieron.

¿Pudo ser más eficaz el Senado de la República con modificaciones a su maquinaria legislativa?

—Hay muchas cosas que corregir, hay que meterle mano a sus disposiciones para garantizar los tiempos procedimentales, en la forma en que se elaboran los dictámenes, evitar albazos, garantizar un Congreso de la Unión abierto en decisiones que son de interés colectivo.

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